El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

viernes, 10 de diciembre de 2010

I Maratón Ciudad de Málaga: la crónica

Cuando uno se ha preparado un maratón durante doce semanas y siente unas irrefrenables ganas de tomarse cañas los días previos, debe ser porque tiene sus dudas y sus nervios. Cuando uno se ha preparado un maratón, más o menos a conciencia, y durante la madrugada previa oye, entre sueños, que está diluviando, no puede hacer otra cosa que tener dudas de cómo va a salir la carrera. Pues eso: el lunes 6 de diciembre se presentó con dudas. ¿Estoy dispuesto a sufrir como un capullo para intentar bajar mi marca de Maradonosti? ¿Se convertirá la lluvia en diluvio bíblico que eche por tierra las doce semanas de entrenos?
Bueno, dudas aparte, salimos del taxi: Estadio de Atletismo de Málaga. Entre dos luces todavía. Parece que para de llover. Gente, gente conocida, gente desconocida. Las rutinas de las carreras. Yo estiro, tú estiras, él estira... Olor a Radiosalil. Van pasando los minutos y decido calentar. Hace una temperatura estupenda, primaveral. La gente entra en los cajones que la organización ha previsto:  me río yo de unos cajones para los que no hace falta una marca acreditada; pero bueno, fue un detalle de la organización, que, por cierto, estuvo de cine.
Lo que viene después es lo que suele tocar en todas las carreras: pistoletazo de salida, con rayos de sol incluidos y con un arcoiris que parece dar la bienvenida sobre las calles de Málaga a esos dos mil y pico de corredores que, entre el maratón y  la carrera de 12 kms, están a punto de tomar el frente marítimo de la ciudad. Bueno, dejo la poesía y el barroquismo a un lado (la verdad es que el detalle del arcoiris se lo merecía -¿en cuántas carreras habéis visto que el pistoletazo de salida coincida con un pedazo de arcoiris?). Lo demás es ya correr y más correr; espejismos de buena marca también; salgo y, desde el principio, me doy cuenta de que he decidido, sin ser del todo consciente, jugármela e ir a por todas. Como en casi todas las carreras,  a los dos minutos me doy cuenta de que voy dando todo lo que puedo. Con cabeza, eso sí, que esto es un maratón, pero dando lo que puedo. A los tres kilómetros o así dejo de pasar a gente, hago cálculos y veo que voy a 4'15'' o así. Ritmo demasiado fuerte que dudo poder mantener durante toda la carrera. La cosa sigue así hasta la primera media maratón, que paso en 1h 31'20''. No me puedo quejar de buenas sensaciones aunque noto que falla algo: falla lo que no me faltó en Donosti el año pasado, un grupo compacto de gente con mi mismo ritmo. Aquí, cuando cojo a alguien me doy cuenta de que va demasiado lento; cuando alguien me pasa, me pasa porque yo voy demasiado lento. Con las cosas así, los kilómetros van cayendo: empieza la parte más bonita del recorrido, la Malagueta, los Baños del Carmen y Pedregalejo. A partir de ahí, las buenas sensaciones empiezan a ceder: un detalle tonto me da pistas de que no voy mal pero, desde luego, no tan bien como en los primeros 21: siento una gran decepción porque el kilómetro 29 no está a la altura de los Baños del Carmen, sino unos 2 kilómetros después. Una mala interpretación del miniplano del recorrido me había hecho pensar que estaba antes... Bueno, la cosa sigue: más o menos manteniéndome pero con ganas de dar la vuelta y entrar ya en el Parque y la Alameda. Me tomo mi gel de glucosa y noto un cierto subidón. Kilómetro 32: por la Malagueta, ya de vuelta, me doy cuenta de que me quedan todavía 10 kms. Entramos en el Parque: otro par de sorpresas inesperadas. Con las ganas que tengo de enfilar el Paseo Marítimo y tirar hacia el estadio, nos meten por la Catedral y, más tarde, por Puerta del Mar hacia el Mercado de Atarazanas. En otras circunstancias hubiera disfrutado con estas incursiones en el centro histórico de Málaga. En otras circunstancias, pero ahora voy con la piernas cargadísimas. La misma sensación que empecé a notar en Maradonosti el año pasado; sin embargo hay una gran diferencia: los últimos kilómetros de San Sebastián están llenos de público que te arropa, te agobia, te anima, te empuja hacia el estadio. Vas como en una nube. Los últimos kilómetros de Málaga, sin público apenas, se hacen largos, solitarios, desolados. Cuando por fin pasamos el kilómetro 35 y salimos al río, la cosa pinta regular. Intento hacer cálculos. Me lío. A ratos mi calculadora neuronal de ritmo y kilometraje me dice que voy estupendamente. A ratos me doy cuenta de que a duras penas voy a mejorar el tiempo de San Sebastián. Enfilo el Paseo Marítimo nuevo: de vuelta al estadio, por fin. Quedan 6 kilómetros. 6 kilómetros de nada que, en esta ocasión, se me antojan una distancia que raya el ultrafondo. ¿Es este el famoso muro? Debe serlo. De todos modos, aquí el que no se consuela es porque no quiere. Porque sí, he pasado una racha en que me considero cadáver (me adelantan y me noto con las piernas fatal). Sin embargo, a partir del 37 o 38, saco fuerzas de flaqueza y empiezo a pasar gente. Gente que anda, gente que se masajea las piernas, gente que está muerta de dolor. Dantesco. La soledad era esto. Nos acercamos al estadio. Última broma del recorrido: dejamos el estadio a un lado, cuando casi lo podíamos tocar. Broma de mal gusto y mazazo psicológico. Nos dan una vuelta por el barrio del estadio. Avenidas largas. Centro Acuático de Málaga (pienso en todo lo que me queda por nadar para poder triatlonear con garbo, pienso en lo que sea con tal de seguir corriendo). Otra avenida. Estadio, otra vez. Ahora hay que darle la vuelta por fuera... Dios. Mucho tengo que correr para bajar mi tiempo. Y es que, en los últimos kilómetros, he pensado varias veces en olvidarme del crono, pero no me resigno. Por fin entrada en el estadio, entre la música de una de las dos orquestas que amenizaban la carrera, entro en la pista. Kilómetro 42 y, con fuerzas que no tengo idea de donde sacar, afronto los 195 metros más largos que recuerdo: media pista de atletismo para alcanzar la meta; media pista de atletismo que me dan para hacer un sprint y entrar en meta en 3h07'01'' y, así, bajar en 13 segundos mi tiempo. He hecho una segunda media maratón 4'30'' más lenta que la primera. ¿Podría haber hecho un mejor tiempo con dos medias a un ritmo más homogéneo en las dos partes? Ni idea. Ya no es momento de comeduras de cabeza ni entelequias varias: es momento de afrontar la difícil tarea de quitarse el chip...
El resto es lo que suele pasar después de un maratón: entrega de chip, medalla, agua, bebida isotónica, fruta. Y, esta vez, en mi segundo maratón, soy consciente por primera vez de las escenas dantescas que deja una carrera así. Corredores que no pueden ni andar. Caras derrotadas. Gestos descompuestos. Estiramientos fallidos. Las cosas del correr maratones.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

sábado, 4 de diciembre de 2010

Nos vamos a correr el Maratón de Málaga en estado de alarma

Vivimos en un país de catetos con mucha mala leche, gobernados por un Gobierno que se piensa que estamos, por lo menos, en Suecia. No lo digo por el frío que ha hecho esta pasada noche (6.5º en Almería, según mi termómetro, temperatura muy baja para lo que suelen ser estas fechas por aquí). Lo digo porque ZP ha gobernado en los últimos años pensando que los ciudadanos de este país tienen un desarrollo humano y ciudadano similar al del país escandinavo. En fin. Todo esto viene a cuento por la brutalidad que están cometiendo los controladores. Brutalidad que ha provocado la declaración del primer estado de alarma de la democracia. Con lo que está cayendo en el país, en todo el mundo, y estos descerebrados egoístas provocan una hecatombe más.
Bueno, me paso al tema deportivo: mañana nos vamos a Málaga. Esta semana he corrido tres días muy ligeros, 8 kms el martes, 5 kms el miércoles y 7 kms el jueves. En general, ritmo muy campechano; menos el miércoles, que me permití hacer unas rectas y subir un poco el ritmo (promedio de 4'49''). Hoy toca descanso total (si la indignación e irritación me lo permiten) y pensar poquito en la carrera. Ya habrá tiempo para centrarse en el tema cuando recoja el dorsal mañana y, sobre todo, cuando suene el pistoletazo de salida. De momento, tranquilidad: han sido 12 semanas de entrenamiento, y creo que puedo ir con la seguridad de haber hecho los deberes. Nos vemos por aquí después de mi segundo maratón.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Marlango, últimas sesiones de calidad y lluvia

Antes de salir a hacer el último rodaje dominguero antes de Málaga (rodaje que no sé cómo calificar porque se va a quedar en tan sólo 14 kms), actualizo por aquí. El tapering sigue su curso y la reducción del kilometraje ha tenido, de momento, una consecuencia clarísima: me encuentro descansado. Así de sencillo. Como dije en la entrada anterior, la semana está teniendo menos kilómetros (acabaré con un total de 58, incluyendo los 14 que tocan ahora antes de comer) pero ha contado con las tres sesiones de calidad de rigor: el martes tocó la ya famosa y clásica pirámide de fartlek; esta vez sólo 8 kms con una pirámide un poco rara (1' 2' 3' 4' 4' 3' 2' 2' 1') y con un promedio de 4'22'', con recuperaciones al trote cochinero y con los intervalos a 3'50'' o así... Sin duda, las pirámides de fartlek son uno de mis entrenamientos favoritos. Tampoco me disgustan los ritmos de carrera controlados, esta semana tocaban 15 kms, el jueves: al final salieron quizás un poco más rápidos de la cuenta, a 4'19'', con buenas sensaciones, ese feeling que da el entrenamiento y que consiste en correr a buen ritmo pero comprobando que no vas forzando la máquina (menuda expresión esta, forzar la máquina). El último entreno de calidad antes del Maratón fue ayer: 8 kms de tempo progresivo (otro de mis entrenamientos favoritos cuando estoy en vena: tonto el último) que tuvieron lugar bajo una buena chupa de agua. Ayer, tras un otoño seco seco, volvió a llover en Almería: llover, lo que se dice llover. Y ahí que salimos con los chubasqueros y las ganas que daba el saber que era el último entrenamiento rápido: al final, 4'04 de promedio, que, contando con lo que frenan los charcos y el pavimento resbaladizo, no está nada nada mal.
Y poco más: decir que esta semana volvía a tocar concierto. Esta vez han sido Leonor Watling y Marlango los que han venido a poner su granito de arena y de inspiración para los entrenamientos y para Málaga.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Viva el tapering


Faltan dos semanas exactas para Málaga. Ahora, mientras hago balance de la última semana, la semana 10, es casi momento de ponerse a hacer balance completo de todo el entrenamiento y de empezar a pensar en una estrategia para las dos últimas semanas y, sobre todo, para la carrera. Ufff, qué pereza esto de hacer balance un lunes por la noche.
Lo más fácil es empezar recordando algunos flashbacks de la décima semana: un tempo progresivo memorable de 10 kms  a 4'01'' de promedio, una pirámide de fartlek de 12 kms el sábado a medio día (¿habráse visto hacer fartlek el sábado a medio día mientras la gente se harta de cerveza en las terrazas del Paseo Marítimo?), una tirada larga (19 kms con chispa final que salieron a 4'46'') que resultó ser casi un paseo comparado con otras tiradas largas del plan. En total, 68 kms: ha empezado la cuentra atrás y el tijeretazo de kilometraje. Un solo día de piscina, con relativas buenas sensaciones y los 1600 metros de rigor. Dos conciertos de jazz para retomar fuerzas.
Las dos semanas que quedan son delicadas; por un lado hay que tener cuidado con las lesiones de última hora. Por otra parte, hay que seguir bajando kilómetros, descansando lo más posible y metiendo sólo sesiones con chispa. ¿Difícil ese equilibrio?. Bueno, el plan es meter tan sólo 58 kms esta semana; y la que viene, la última, hacer entrenos simbólicos para mantener las endorfinas a niveles aceptables. Por lo demás, el tapering este, el recorte de kilómetros, lleva aparejadas otras historias: cuidar muchísimo la alimentación, beber poquísimo alcohol (o ninguno), meditar, visualizarse atravesando la meta, hacer examen de conciencia y centrarse en todo lo bueno que se ha hecho en estas semanas, incluso cuidarse los pies. En fin, mucho ejercicio mental y dietético que, aunque pueda sonar a payasada, es parte esencial de todo el proceso. Todo el proceso, toda esta movida...

viernes, 19 de noviembre de 2010

Un día redondo: tras la velocidad llegó Rebekka Bakken

Ayer fue un día estupendo. Buenas sensaciones por todos sitios: en clase, en la piscina, en el entrenamiento. Uno de esos días que te van sorprendiendo por lo que pueden dar de sí. Por lo que uno puede dar de sí también. Así, metido ya en la semana 10, se vuelve a notar el entrenamiento y los buenos resultados. ¿Cansancio? Sí, un poco, pero curiosamente me noto más cansado cuando no hago nada o cuando hago algún rodaje trotón a ritmo de recuperación que cuando hago velocidad. Bueno, ¿por qué fue un día tan redondo? Pues supongo que porque todo salió mejor de lo previsto: ese el el resumen, todo mejor de lo previsto. Ciclismo urbano, clase, más ciclismo urbano, 1600 metros de piscina, más ciclismo urbano, comida, más ciclismo urbano, claustro, descanso... Y aquí empieza lo bueno: un rodaje tempo progresivo de 10 kms en el que nos fuimos animando, y animando y animando. Los primeros 5 kms a 4'06''; los segundos a 3'56'': promedio de 4'01''. Nada mal.
Por si eso fuera poco, esa sensación de poder hacer un entrenamiento de 10 kms casi a mi mejor ritmo de carrera, el buenísimo sabor de boca que una sesión así te deja en el cuerpo, la noche tuvo premio: concierto de Rebekka Bakken en el teatro Apolo. Una noruega guapísima, simpatiquísima y elegantísima que parecía que había venido a Almería a felicitarnos por el entreno y a desearnos buena suerte para las últimas dos semanas pre-Málaga.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Crónica de una semana completa: 82 kms, nueva piscina y dos conciertos de jazz

Ayer terminaba la semana más dura del entrenamiento para Málaga -una semana dura, pero llena de muchas, variadas y buenas sensaciones. Cuando uno se embarca en empresas de este estilo, en planes que hay que cumplir, en calendarios pegados al frigo que te dicen qué tienes que hacer y cuándo lo tienes que hacer, siempre hay muchas oportunidades para la reflexión. Estoy convencido de que la actividad física me ha ayudado a conocerme mejor y eso ha sido, sin duda, porque los entrenamimentos, las carreras, los proyectos de futuro, el compromiso y la exigencia, te permiten saber hasta dónde puedes llegar. O mejor, hasta dónde estas dispuesto a llegar. Como veis, me he levantado filosófico esta mañana. O bueno, más que filosófico, pelín místico. Y es que lo del maratón, lo de los deportes de resistencia en general, tiene, creo yo, un componente de mística, de conocer nuestro límite, de sentirnos especiales, de caminar el limbo que separa lo normal y corriente de lo extraordinario. Que una cosa es la actividad física saludable y otra diferente lo de intentar hacer cosas que nos ponen a prueba. En fin, que, para desengrasar de tanta mística y de tanta filosofía barata, voy a poner las cosas claras. A ver, con los Sigur Rós sonando (para que la mística no desaparezca del todo), ¿qué ha pasado en la semana 9? Pues, además de mucho viento el lunes y el martes, ni más ni menos que esto:

lunes - descanso
martes - 10 kms pirámide fartlek, promedio de 4'24'' + 1600 metros de piscina
miércoles - 8 kms recuperación
jueves - 16 kms progresivos tempo, a 4'04'' + 1600 metros piscina
viernes - 8 kms ritmo carrera controlado, a 4'27''
sábado - 8 kms recuperación, a 4'59''
domingo - 32 kms, última tirada larga, a 4'59''

Reseñables los tres días de calidad, con cambio de planes incluido. Me explico, el jueves tocaba un rodaje de 16 kms a ritmo controlado -un ritmo controlado que se descontroló un poco porque nos encontramos con el amigo Guillermo. Encontrarse con Guillermo por el Paseo Marítimo es siempre un lujo y una garantía de hacer un entrenamiento rápido (desde aquí, Guillermo, un saludo). Así que los 16 kms se convirtieron en un progresivo entre 4'08'' y 4' pelaos. Rodaje gozoso: da optimismo ver que los entrenamientos van teniendo resultados y que uno va relativamente cómodo a ese ritmo durante esos kilómetros fuera de una competición. Así las cosas, el tempo progresivo de 8 kms previsto para el viernes pasó a ser un rodaje a ritmo controlado. Imprevistos del Paseo Marítimo...
Reseñable también la última tirada larga del plan: un día estupendo, con algo de poniente y con un sol muy agradable. 32 kms que, aunque no supieron a poco, tampoco supieron a demasiado. Sin duda, mejores sensaciones que la tirada larga previa -sensaciones un poco de tener los deberes ya hechos. Sensaciones de ir pasando página o, por lo menos, de pasar al siguiente capítulo (el capítulo tapering).
Reseñable tambiñen mi regreso a la piscina. Nueva piscina. No es que me guste mucho el sitio, pero como ya dije en otra entrada, no hay muchas más soluciones. En la parte negativa, decir que la piscina es tan poco profunda que uno tiene la sensación de que se va a rayar las gafas con la T o a pegarse un porrazo con el suelo... Pero bueno, como no es cuestión de rayarse más de la cuenta, me centraré en lo positivo: a la hora a la que he ido estos dos primeros días, no hay prácticamente nadie, por lo que he tenido una calle para mí solo. 1600 metros cada día, con pull y sin pull, volviendo a coger el gustillo y el punto al agua. Y volviendo a constatar lo difícil que es nadar bien.
Reseñables, por último, los dos conciertos de jazz de la semana: Gonzalo Rubalcaba Quintet (un poco heavys para mi gusto) y la estupenda Classijazz Big Band. Hay que alimentar el alma, no sólo de cardio y de calidad vive el hombre.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Una semana más y un día de descanso total: empieza la cuenta atrás...


Faltan cuatro semanas exactas para Málaga. Ayer terminó la semana 8, con sus 75 kms y con un aire más bien tranquilo: como el rodaje del domingo era de tan sólo 20 kms, la cosa perdió un poco de emoción. Hoy hemos entrado en la semana 9 con un aire bastante menos tranquilo: ciclogénesis en la costa gallega, que está provocando por aquí un temporal de poniente que quita las ganas de todo -ahora mismo según el WeatherWatcher hay viento W a 51 km/h con ráfagas de 74 km/h . Por eso, aprovechando las inclemencias, hoy ha tocado descanso total -y total quiere decir que hasta he subido en coche a trabajar, no me veía por la avenida Cabo de Gata con todo el viento de cara y con la cabeza llena de todo lo que tenía que hacer a lo largo de la tarde. Así que mañana empieza la semana más exigente de la preparación; el plan es el siguiente: desayuno potente, trabajo, piscina, comida, siesta y, probablemente, 16 kms a ritmo de carrera... Ahora me quedo con mi rooibos y mi Bruce Springsteen sonando entre las ráfagas de viento.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Almadrabillas blues y un octubre kilométrico

Pues sí. No podía evitarlo. Como cada vez que paso por la piscina de las Almadrabillas me da una pena terrible y me acuerdo de mi lentísimo progreso como nadador pingüino, he decidido dedicarle (otra vez) una entrada a ese complejo polideportivo. Una pena que quede nada y menos para que lo cierren. Una pena que siga el tema igual que la última vez que hablé de ello aquí: nada de información en la web del Patronato Municipal de Deportes de Amería. Este es el enfoque cutre hispánico de la transparencia en los servicios públicos. Curiosamente, la noticia sobre la construcción del nuevo centro deportivo aparece en la web de los arquitectos ganadores del proyecto. Osea, que ha habido un concurso púbico y tal y tal, pero el Patronato no informa en su web ni ha habido información ninguna a los usuarios de la piscina actual. Sorprendente.
Pero bueno, como tampoco quiero mosquearme y como hay novedades personales relacionadas con el tema, paso al anuncio del mes: otra vez tomo y retomo el toro por los cuernos y paso a la acción. Me acabo de hacer socio de uno de los centros deportivos de la capi (centros pseudomunicipales con gestión descaradamente privada). A la fuerza ahorcan. Me acabo de hacer socio y he pagado la cuota de noviembre por lo que, ahí va el anuncio, a partir de la semana que viene, vuelvo al agua con el propósito de volver a meter tres sesiones semanales. El martes 9 primera cita con mi nueva piscina. Ya contaré cómo es el reencuentro con las gafas.
Por lo demás, el entrenamiento para Málaga sigue su ritmo. Un ritmo que no sé cómo calificar, pero que, haciendo balance mensual el domingo pasado, se me antoja un poco excesivo. Octubre ha sido el mes más kilométrico de mi historia deportiva. 349 kms totales que culminaron en una tirada larga de 32 kms en mitad de un temporal de poniente. Desde la Playa de San Miguel hasta el Toyo, ida y vuelta, y a un ritmo que fue bajando y bajando a causa del fortísimo viento en contra. Al final, un promedio de 5'10'' por kilómetro y una sensación de haber realizado alguna gesta digna de un concurso de masoquistas. Bueno, sólo queda otra tirada larga antes del Maratón. Así las cosas, la semana 7 terminó con 79 kms totales.
La semana 8 está siendo un poco menos exigente; la tirada larga del domingo será de tan sólo 20 kms. Hasta el momento la cosa va así: lunes, 10 kms de recuperación; martes, 8 kms con pirámide de fartlek; miércoles, descanso; ayer jueves, 8 kms tempo a 4'09'' de promedio; hoy tocan 13 kms a ritmo de carrera...

sábado, 30 de octubre de 2010

Viva el trabajo de calidad!


Parece que esta semana se estuviera celebrando la semana del trabajo de calidad y de la velocidad en Almería. Aunque hemos pasado de ser muy poquitos runners a ser muchos, aunque hemos pasado de ser muchos y trotones a ser muchos más y con pretensiones, todavía me sorprende que últimamente sea lo más corriente del mundo cruzarte con gente haciendo series y haciendo cambios de ritmo y haciendo vaya usted a saber qué endiablado trabajo de velocidad. Antes eran sólo Indalecio y Verdegay. Ahora somos tantos que ya la cosa ha perdido un poco de encanto. Vale, quizá no es la palabra: encanto no ha perdido (¿cómo puede perder encanto una buena pirámide de fartlek?), pero hasta el más trotón se ha venido a dar cuenta de que sin trabajo de velocidad no hay progreso en esto del correr. Misterio, eso es lo que ha perdido.
Bueno, pues ese es el mensaje: quien quiera peces que se moje el culo. Quien quiera bajar tiempos, que meta sesiones de velocidad regularmente en sus entrenamientos. En este sentido, el plan que estoy siguiendo para el Maratón de Málaga es un poco heavy -como ya sabrá quien siga este blog, tres días a la semana de velocidad-calidad. Un día de ritmo de carrera, un día de tempo progresivo y un día de pirámide de fartlek. Esta semana la verdad que, entre Simón y yo, lo hemos bordado -algunos beben para olvidar, nosotros esta semana hemos decidido correr deprisa para olvidar que mañana domingo tenemos una cita con el ultrafondo de andar por casa: una tirada larga, la penúltima del plan, 32 kms que nos están esperando desde que empezamos la preparación.
Pues eso, que los tres días de velocidad han salido bien: el martes, 10 kms con pirámide de fartlek, que salieron a 4'24'' de promedio (recuperaciones lentorras y ritmos entre 3'50'' o 4'); el jueves, 13 kms a ritmo de carrera, que salieron a 4'26'' clavaditos (mi ritmo de carrera real en Maradonosti 09); y ayer un tempo progresivo con muchas ganas, 8 kms que salieron a 4'02''. Nada mal. Especialmente porque yo estaba doblando: por cuestiones de horario me salté una sesión el miércoles y ayer decidí hacerla a medio día -6 kms a 5' que me sirvieron para soltar las piernas y las neuronas y tomar un poco el sol, que cada día va apeteciendo más. Así que no puedo decir otra cosa: viva el trabajo de calidad!

martes, 26 de octubre de 2010

Pasado el ecuador... Blow-up

Seis semanas de preparación resueltas. Seis semanas por delante. Seis semanas más, y en Málaga. La semana 6 terminó bien, 78 kms en total, con un fin de semana sin una tirada larga excesiva (16 kms el sábado y 20 kms el domingo). La salida del domingo, a medio día, muy disfrutable: con ese Mediterráneo vigilando el entrenamiento y una ligera brisa de poniente que se agradecía. Donde se ponga una salida larga a medio día que se quite todo lo demás. Bueno, para celebrar el buen ritmo de entrenamientos, cuelgo un video. A disfrutar!

sábado, 23 de octubre de 2010

Flashbacks variados: actualizando en la semana 6

Más de dos semanas sin entrar por aquí -16 días, exactamente. Y no es que no tenga nada que contar: todo lo contrario. Mucho trabajo. Buenos entrenamientos. Eso sí, centrados totalmente en la Maratón de Málaga. Mucho atraso de muchas cosas, entre otras de blog. Bueno, ¿qué ha pasado en estos 16 días? Pues ni más ni menos que dos rodajes largos de 30 kms. El primero, disfrutanto del Parque Polvoranca. El segundo por el frente marítimo de Almería. Esos rodajes largos que te dejan cara de tonto al terminar y piernas de calamar por lo menos. Bueno, además de rodajes largos, sesiones de relleno: esas sesiones tan gustosas en que corres por correr, sin ningún objetivo, al trote cochinero, sin matarse. Y claro, además de rodajes largos y de trotes cochineros de relleno y recuperación, también ha habido sesiones de calidad. Viva la calidad! Vivan las pirámides de fartlek, los ritmos de carrera o los rodajes tempo progresivos! La verdad es que me encuentro en buena forma: los entrenamientos de calidad están saliendo de libro. Por ejemplo, anoche, 10 kms con pirámide de fartlek: excelentes recuperaciones y gráfica de pulsaciones de manual... Los ritmos van más o menos así (pongo los de esta semana, como ejemplo): tempo progresivo, 4'16''; ritmo de carrera, 4'24''; sesión de fartlek, 4'38'' de promedio (con ritmos de 3'50''-4' y recuperaciones lentorras).
Así las cosas, estoy ya en la semana 6, el ecuador de la preparación... Las últimas dos semanas han quedado con un balance importante de kilómetros: la semana 4, 77 kms, y la semana 5 con 76kms. Esta terminará con otros 77.
No hay mucho más que contar: ninguna sesión de bici (salvo el bicicleteo urbano para ir a trabajar), ninguna sesión de agua. Contaros que me uní a un blog deportivo-colaborativo, el Bloggers Running Team. Y que acabo de descubrir Movescount de Suunto: una extraordinaria mezcla de red social, comunidad virtual, diario personal de entrenos y software de análisis. A partir de ahora, tengo todos mis moves, mis movimientos, mis entrenamientos subidos on-line y visibles para el resto: http://www.movescount.com/members/davidrunner . Ese es el enlace, por si queréis echar un vistazo y ver cómo funciona el tema.
Cierro con una reflexión-pregunta, estoy contento con estas 6 semanas de entrenamiento: me estoy poniendo fuerte, me noto con estupendas sensaciones (aparte de la pereza obvia de algunos días o el cansancio tras las tiradas largas). Pero...¿qué sería si el tiempo dedicado a facebook, a moodle, a los distintos blogs, al Training Manager, al Movescount, lo invirtiera en más entrenamientos? Si en vez de estar aquí ahora escribiendo estuviera ya en plena tirada de 16 kms, que son los que tocan hoy...

jueves, 7 de octubre de 2010

I Maratón Málaga: balance de las 3 primeras semanas de entrenos y un secreto para preparar un maratón...


Instalado ya en la cuarta semana de entrenamientos para Málaga. Instalado cómodamente en esa rutina tan magnífica que proporciona el plan mensual pegado a la puerta de la nevera: esa nevera que te saluda todas las mañanas con la amenaza y/o alegría de lo que te espera por la tarde-noche. No niego que el año pasado me encontraba, no sé por qué, bastante más ilusionado con la preparación de Maradonosti; sin embargo, tampoco puedo negar que me encuentro bastante bien de forma. Es ahora cuando noto todo el entrenamiento acumulado de bici, piscina y carrera durante julio y agosto: toboganes de la provincia de Segovia, ¿dónde estáis?
De todas maneras, por si las moscas, ya he comenzado mi suplementación con Fosprint Sport, ese pedazo de jalea real que me da esa chispa tan de agradecer. A falta de autotransfusiones, buena es la jalea.
Bueno, resumo un poco estas tres semanas: como decía en un post anterior, el plan es correr 6 días semanales (cosa que, de momento, no se ha torcido) e incluir un rodaje largo dominical, dos días de relleno y tres días de calidad orientados a la velocidad. Esto de la velocidad está saliendo, como siempre, un poco sui generis: la distinción tempo y ritmo de carrera no está del todo clara y a veces los resultados dependen más de la chispa de ese día que de lo que pone en el plan. Es lo que tiene ser amateur, un amateur convencido pero, claro, falto de profesionalidad. Así, han salido días de tempo entre 4'11'' y 4'22'' el mil, y días de ritmo de carrera entre 4'17'' y 4'27''. Ritmos quizás un poco excesivos para ese tipo de sesión; pero bueno, algo quedará... Lo que parece que sí está más claro son las famosas pirámides de fartlek tan populares en este blog con motivo de mi preparación donostiarra: para quien no sepa qué quiero decir, las pirámides consisten en meter ritmos altos y recuperaciones en forma de pirámide: hasta el momento, 1', luego 2', luego 3', luego, 4', luego 5', para empezar a bajar, 4', 3', 2' y 1'. Este patrón, sumando las recuperaciones da para hacer unos 10 kms entretenidos y gustosos a una media de alrededor de 4'30'' el mil. Bueno, para quien quiera saber más, resumo el kilometraje que llevo encima hasta ahora:
SEMANA 1 (del 13 al 19/09): 67 kms, con tirada larga de 26 kms
SEMANA 2 (del 20 al 26/09): 68 kms, con tirada larga de 27 kms
SEMANA 3 (del 27/09 al 03/10): 65 kms, con tirada larga de 19 kms
En ésta, la semana 4, de momento dos cosas reseñables: el lunes me lo tomé de descanso (me tocaban 5 kms de relleno), así que el martes hice algo que no sé si había hecho alguna vez, doblar (hablo de dos sesiones de carrera el mismo día, no varias sesiones de entrenamiento cruzado): 5 kms a medio día, a continuación,1800 metros de piscina para relajarme un poco y 8 kms a 4'11'' por la noch. Un día redondo, sin duda. Por lo demás, anoche tocó pirámide de fartlek. La segunda cosa reseñable: el domingo, tras los 19 kms de descarga del domingo pasado, vuelvo a las tiradas largas -tocan 30 kms, que, como estaré en Madrid, probablemente haré en el Parque Polvoranca.
Pero bueno, todo esto es parte del futuro y ahí es donde enlazo con el consejo que quería comentar y que he puesto en el título de la entrada. Esta es mi segunda preparación para un maratón: sin embargo, tengo claro que algo he aprendido. Si estáis en ello, si estáis a punto de empezar a preparar un maratón, tenedlo en cuenta: en este tipo de empresa hay que vivir al día. La exigencia de los planes es, a veces, demoledora para la mente; el secreto, al menos el mío, está en centrarse en lo que hay que hacer cada uno de los días. Me explico: no se puede uno pasar toda la semana pensando que el domingo tocan 30 kms. Ya llegarán (seguro!!!) el domingo. Hoy toca lo que toca. Nada de piensa globalmente y actúa localmente. Lo mejor que se puede hacer es pensar localmente y actuar también localmente. Lo global te lo irá revelando, día tras día, el calendario pinchado en la nevera. Lo global llegará con el disfrute del día de la carrera. Madre mía, cuánta filosofía.

domingo, 3 de octubre de 2010

Crisis y mala hostia: se cierra la piscina de las Almadrabillas

España está en crisis -¿cómo no va a estarlo? Acabo de volver de la piscina de las Almadrabillas: segundo intento fallido este fin de semana. Ayer estuvo cerrada todo el día por mantenimiento de las instalaciones. Hoy he llegado a la una y me entero que cierran a las dos (antes cerraba a las dos y media, creo) y que tengo que salir del agua a la una y media. Echo cuentas y para media hora de nada no me merece la pena.
Decido recargar mi bono que tengo agotado: así ya tengo eso hecho para mi siguiente intento. Me dice el portero que ya no hay bonos. Alucino. Me explica que la piscina cierra en menos de dos meses y que, por lo tanto, ya no se venden bonos de 20 baños. Ahora hay que pagar entradas de un día. Alucino más. Me sigue explicando que la piscina y todo el complejo de las Almadrabillas cierra en noviembre. Por dos años. Algo había oído pero, claro, esto me parece sorprendente: no hay ninguna información oficial al respecto, ninguna circular en los tablones, nada. Entro en la web del patronato deportivo municipal: ninguna información al respecto. Curiosamente, la piscina de las Almadrabillas sigue figurando entre las instalaciones del patronato: con sus dimensiones y calles y, claro, con ese pedazo de piscina olímpica que este año ni se han molestado en abrir. Quien entre en la web del patronato sentirá envidia de las instalaciones de que disponemos en esta ciudad: quien llegue y las vea ya empezará a ver que no es oro todo lo que reluce en la web.
Y es que, aparentemente, según he oído por aquí y por allá (rumore, rumore, rumore) van a cubrir la piscina olímpica, van a renovar todas las pistas deportivas, van a... Lo más importante, van a realizar locales comerciales y las instalaciones dejarán de ser municipales. El Ayuntamiento se pasa por el forro la ausencia de piscinas en Almería (las otras dos de acceso público, en manos de empresas privadas, están completamente petadas). Y, sobre todo, se pasa por el forro que esas piscinas se hicieron para el 2005 con dinero público: el complejo pertenecía en principio a la Consejería de Deportes de la Junta de Andalucía y fueron cedidas al Ayuntamiento para su conservación y gestión, no para que negociara y mercadeara con las instalaciones y los terrenos. La conservación, a lo largo de estos 5 años, ha sido escasa por no decir deficiente: la guinda la han puesto este verano, en que ni siquiera han abierto la única piscina olímpica de la provincia, o estas últimas semanas de recta final en que ni siquiera hay agua caliente en las duchas. Olé por el dinero público: resulta que unas instalaciones que tienen apenas 5 años y que, insisto, fueron construidas con dinero público, van a ser desmanteladas y reconvertidas en centro comercial y gimnasio privado fashion.
Olé por este país. Olé por el Ayuntamiento de Almería, especialista en fomentar el deporte de manera fantasma (carriles bicis aislados que no llevan a ninguna parte, primera ciclocalle en España, qué coño será una ciclocalle, mucha Deportina, mucha historia, y a la hora de la verdad, nada de nada). Olé por la Consejería de Deportes y por la Junta de Andalucía, que ante toda esta malversación de fondos públicos y esta operación de privatización y negocio callan. Olé, de nuevo, por este país que está en crisis: ¿no vamos a estarlo tirando el dinero de esta manera? Olé también por el futuro de lo público: a partir de ahora, que nos vayamos enterando, todo de superpago, gestionado por empresas y contratas privadas que pertenecerán, sin duda, a los amigos de los amigos de los amigos de... Y, mientras, los ciudadanos a joderse: ahora dos años (dos años almerienses, que podrán llegar a estirarse de manera indefinida) sin una piscina que, a día de hoy, funciona perfectamente y que no necesita ninguna mejora, sólo una gestión razonable: un poquito de cloro aquí y allá, una bombilla allá, una cisterna arreglada por allá. Una de las pocas instalaciones que dejó el 2005 a la ciudad tirada a la basura junto con el dinero que costó construirlo. Qué mala leche, qué mala hostia.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Rumbo al Maratón de Málaga

Pues supongo que, al escribirlo aquí, lo hago oficial: el 6 de diciembre próximo quiero correr el que será (espero) mi segundo maratón. Nos vamos para Málaga... Después de mucho dar vueltas y muchas dudas y muchas comeduras de tarro, la decisión está tomada, más o menos. Digo más o menos porque la inscripción todavía está sin hacer. Bueno, ¿a qué se deben tantas dudas y vueltas? Pues supongo que a la exigencia de la preparación: después de pasar julio y agosto tan concentrado en nadar, biciclear y correr, el meter semanas de 70-80 kms en carrera a pie dificulta muchísimo dedicar 3 sesiones a la piscina y otras 3 a la bicicleta. Bueno, se hará lo que se pueda.
De momento, el mes de septiembre está yendo muy orientado a la carrera a pie. De eso dan fe mis entrenamientos. Desde que volví a Almería no he cogido la bici de carretera: me da una pereza enorme salir de la ciudad y ponerme en situación. Cuánto echo de menos la comodidad de Torrecaballeros a la hora de coger la bici y la carretera... En cuanto a la piscina, pocos, muy pocos metros este mes: 1700 (1 día) en la semana del 6 al 12; y 3500 (dos días) en la semana del 13 al 19. Espero, a la mayor brevedad posible, retomar el ritmo que había conseguido coger en verano. Tal ritmo me dejó claro que, sin un mínimo de tres días semanales, no hay progreso en el agua.
En cuanto a carrera, las cosas van bien: las dos primeras semanas, 54 kms cada una. La semana pasada, la del 13 al 19, fue la primera de entrenos específicos para Málaga: terminó la cosa con un total de 67 kms y un primer rodaje largo de 26 kms el domingo. Básicamente, el plan de entrenamiento es el mismo que seguimos el año pasado para Donosti pero con un recorte de semanas: en vez de 16 semanas, se queda en 12. Por lo demás, 6 sesiones semanales: dos días de rellenar kilómetros, una tirada larga, y tres sesiones de velocidad (ritmo de carrera, tempo progresivo, fartlek). Hoy, por ejemplo, tocaban 8 kms tempo, que han salido a 4'16'' el km: el i-pod me ha ayudado a superar la temperatura y la humedad y a salir airoso del asunto.
Seguiremos actualizando.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Crónica de un verano: epílogo corriendo por los valles del Clamores y el Eresma


Parece que no me resigno a que se hayan acabado las vacaciones. Parece que quiero seguir hablando del verano y de todo lo que he hecho en julio y agosto. La cosa es que ayer, después de terminar la entrada, me di cuenta de que no había reseñado una de las mejores rutas que hay para correr en Segovia. En realidad, creo que es uno de los espacios naturales-urbanos más bonitos por los que he corrido nunca (a la altura de NY, Londres, Helsinki, Estocolmo o Copenhague). Además, de bonito, tiene la ventaja de ser muy fresco, con un terreno estupendo para correr y suele tener bastante ambiente runner.
Desvelo ya la intriga: en Segovia capital, existe una senda natural acondicionada que le da la vuelta al casco antiguo y que discurre por los valles del Eresma y del Clamores. Si estáis de visita en Segovia y corréis, no debéis perderos esta maravilla: podéis coger la ruta en varios sitios, por la zona de San Lorenzo, por la Alameda del Parral, por la Fuencisla, o, en el otro extremo de la ciudad, en el Puente Sancti Spiritus (al final del Paseo de Ezequiel González). Bueno, el recorrido total desde el final de la Alameda hasta Sancti Spiritus son unos 3 kms, con unos ligeros repechos si vamos en dirección Sancti Spiritus; repechos que luego, bajando en sentido contrario, nos ayudan a recuperar el resuello y animarmos para hacer otra vuelta más. El entorno es un verdadero lujo: el agua del Eresma, la vegetación de floresta, las vistas del Alcázar y de todo el perfil monumental del casco antiguo segoviano, la Catedral, los huertos y bancales que abundan por el recorrido.
Para quien no quiera repetir la ruta y no se conforme con los 6 de ida y vuelta, el Eresma tiene un camino natural admirablemente acondicionado y limpio que puede servir de continuación para la otra ruta. El enlace con la ruta del Eresma se hace en el puente de la Fuencisla. Ah, para estirar, sin duda la pradera de San Marcos: las vistas del Alcázar convierten los estiramientos en algo muy especial.
Bueno, con esta entrada, este epílogo segoviano, prometo dar por zanjado el tema del verano 2010.

viernes, 17 de septiembre de 2010

El triatleta disciplinado en Segovia: crónica de un verano (segunda, tercera y cuarta parte)

Han pasado ya muchos días (exactamente 18) desde que dejé Segovia. Pero como no termine la crónica del verano no seré capaz de continuar con el blog ni con mis últimas novedades de entrenamiento y mis planes. Las últimas novedades irán en entradas futuras, que hoy toca hablar de Segovia. Recordar Segovia. Recordar el verano. Y es que, qué fácil es ser triatleta disciplinado cuando uno está de vacaciones. Doblar sesiones, combinar entrenamientos (4 días de carrera, 3 de bici, 3 de piscina): todo eso es (más) posible cuando uno está de vacaciones.
Como sería muy pesado hablar de todos esos entrenamientos, decido pasar página con unas cuantas pinceladas de cada disciplina.
Correr en Segovia: pues bueno, desde la zona de Torrecaballeros-Basardilla, hay innumerables posibilidades por asfalto y carreteras tranquilas o bien por ramales y cordeles de la cañada real que recorre la zona. Impagable el entrenamiento en esta zona: toboganes y buen terreno que me han dejado en una buenísima forma en carrera. (Hablando de carreras, el 21 de agosto participé en la V Carrera del Esquileo: bonita carrera, con un calor insoportable, eso sí).
Ciclismo de carretera en Segovia: una mezcla de sensaciones. Extraordinario ambiente ciclista en la provincia, con carreras de verano, entrenamientos masivos, clubes... A mí el entranamiento por la N110 y por la SG2222 me han dejado una mayor confianza sobre la bici, 850 kms, un moreno albañil-ciclista que ya se me está yendo, mi primera caída con los pedales automáticos y mi primera tormeta y chaparrón a bordo de la bici.
Nadar en Segovia: gracias a la piscina cubierta de la Granja, a diferencia de otros veranos, he podido continuar con el entrenamiento, comprobando que no hay nada para mejorar un poquito nadando que la continuidad. Tres días semanales a los que debería, ahora, seguir aspirando. Mejor dicho, a los que debería forzarme...
Cierro con esto mis reflexiones y recuerdos de las vacaciones. En una próxima entrada, borrón y cuenta nueva: septiembre y mis planes para el otoño-invierno.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Running in London: crónica de un verano (primera parte)


Por una vez voy a poner aquí una entrada que pretende ser útil. Porque, claro, un blog deportivo debería servirle a la gente que lo lee para algo y, como habréis podido comprobar, este no es el caso del mío. Bueno, espero que lo que voy a escribir le sirva a quienes quieran correr por Londres y no sepan o no tengan del todo claro por dónde hacerlo.
Y es que, con un verano tan kilométrico, no podía dejar de escribir minicrónicas de las distintas cosas que he ido haciendo en julio y agosto. Y una de las joyas de la corona de mi verano ha sido, sin duda, Londres. Hacía unos cuantos años que no volvía, creo que desde 2004, y mi sorpresa, deportivamente hablando, ha sido mayúscula. Me he encontrado una ciudad cambiada: más cosmopolita si cabe, más versátil, más llena de contrastes, más ciclista, más runner. Más triatlética. La cantidad de gente que se mueve en bicicleta o corriendo por Londres es enorme. Gente con mochilas, gente con bicis de carretera, gente que practica deporte yendo o volviendo del trabajo. Un espectáculo. Nada que ver con la triste situación en España en cuanto a ciclismo urbano se refiere...
De todos modos, antes de que me vaya por las ramas, me centro en el tema: durante mi semana londinense, salieron 64 kms de carrera a pie, repartidos en 6 días. Como estábamos alojados justo detrás de la Tate Modern, al ladito del Támesis, la opción era clara: correr a lo largo del río en una u otra o ambas direcciones... Si queréis hacer un poco de sightseeing y a la vez correr, no lo dudéis: el Thames Path es el recorrido. Este sendero, totalmente acondicionado y señalizado, recorre el Támesis desde el nacimiento hasta la desembocadura. 346 kms que invitan a realizarlo en su totalidad en plan senderismo o en bici (otro proyecto más para el futuro), pero que en el tramo por la ciudad de Londres permiten esa combinación estupenda de carrera y visita de la ciudad. Supongo que ya lo he dicho en alguna otra ocasión en este blog, pero correr en una ciudad diferente a la tuya te permite visitarla y vivirla de una manera muy especial. Para un runner, ver las ciudades acompañado de otra gente que corre es casi casi imprescindible. Bueno, volviendo a Londres: cualquier tramo del Thames Path es bueno; menciono quizá el tramo estelar, desde Tower Bridge hasta Westminster. Muy bonito de hacer, también, si cruzamos el Millenium Bridge, justo enfrente de la Tate Modern, y seguimos hasta Westminster por la orilla norte. La única precaución que tenéis que tener es estar pendientes de los posibles desvíos por obras: todo perfectamente señalizado con carteles en los que pondrá diversion. Otra precaución, cuidado con las aglomeraciones en algunas zonas (por ejemplo en las inmediaciones del London Eye). De todas maneras, en Londres la gente está acostumbrada a los runners, y es todo un misterio cómo entre verdaderas riadas de turistas y de londinenses, la gente va corriendo a ritmos verdaderamente altos y arriesgados y no ves ni un solo frenazo ni empujón.
Otras zonas para correr, además del río: los parques (Kensington Gardens y Hyde Park, pueden ser una buena opción). Quizás puede merecer la pena desplazarse e ir a conocer dos parques un poco más alejados del centro pero que tienen espacios increíbles para correr: Wimbledon Common y Richmond Park. Este último es el parque urbano más grande de Europa y, si estáis en la zona, puede merecer la pena correr por el Thames Path entre Richmond, Petersham y Ham y luego hacer una entrada en el parque.
Finalmente, una opción sorprendente es el Grand Union Canal. Los canales en Inglaterra son parte del patrimonio industrial y natural y están perfectamente mantenidos y conservados. Correr por el towpath de un canal es otra de las opciones que ofrece Londres. El Grand Union tiene diversos ramales por el oeste y el este de Londres; os recomiendo el recorrido desde Paddington hasta Kings Cross, pasando por Little Venice y Camden. Si queréis hacer más distancia, el canal llega hasta el Támesis en Limehouse y atraviesa todo el East End.
Bueno, espero que si corréis por Londres lo disfrutéis tanto como yo.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Back on track: de vuelta de un verano kilométrico

Después de dos meses de vacaciones, retomo el blog, retomo el trabajo, retomo la rutina. Las vacaciones no se hacen nunca largas (por lo menos a mí); sin embargo, estas que acaban de terminar me han cundido y mentiría si dijera que el verano no ha sido kilométrico. Me propuse varios objetivos para llevar el equipaje que hice en junio; aunque todo es mejorable, deportivamente hablando me pongo un notable alto en el cumplimiento de objetivos y en entrenamiento. Además, el entrenamiento ha sido, esta vez, plenamente triatlético (Juanjo Millás diría ¿qué diablos significa 'triatlético'?) Así, entre pitos y flautas, entre obligaciones familiares, sudokus, lecturas de verano, comilonas y sensaciones varias, las cosas han pintado de la siguiente manera:

Carrera a pie: 414 kms entre julio (205 kms) y agosto (209 kms)
Piscina: 34850 metros entre julio (19750 m) y agosto (15100 m)
Bicicleta: 849 kms entre julio (597 kms) y agosto (252 kms).

Por metros que no quede. Aunque no todo es la cantidad en la vida, estoy satisfecho de esos kilometrajes. Semanas de 6, 8, 9, 10 entrenos; con muchos días de combinar disciplinas. Estoy satisfecho también con la calidad de esos entrenamientos -la provincia de Segovia es ideal para entrenos buenos: toboganes, cuestas, bajadas y subidas que me han dejado en unas condiciones estupendas para continuar entrenando ahora en septiembre. Continuar entrenando no sé muy bien para qué, pero ya se aclararán las cosas...
Por lo demás, he corrido (y disfrutado corriendo) por Londres (ya daré cuenta de ello en otra entrada), me he soltado mucho más en mi bici de carretera (no he subido el Puerto de Navacerrada, pero he hecho carretera de verdad y me siento mucho más cómodo ahora encaramado/enganchado a mi Trek), he continuado nadando (gracias a la piscina cubierta de La Granja no he tenido el parón de otros veranos, y aunque he abusado un poco del pull, he notado alguna mejoría de tiempos y de técnica).
Pues eso: aunque el blog ha estado parado, el eterno aprendiz de triatleta ha aprovechado el verano. En próximas entradas, algunos detalles más. De momento, saludos. Un placer volver a escribir por aquí.

martes, 29 de junio de 2010

Turning point -haciendo las maletas


Dos semanas sin asomarme por aquí. Dos semanas en las que ha dado tiempo a que entre el verano y en las que casi ha terminado el curso. Cómo pasan las semanas, los meses, para qué hablar de los días. De todos modos, aunque ha entrado el verano, tampoco es que las sensaciones sean del todo veraniegas: tan sólo un par de baños en el mar a estas alturas de junio es síntoma de que algo raro pasa... Y, deportivamente hablando, nada especialmente reseñable: dos semanas de 54 kms de carrera a pie y de 1600 metros de piscina. Dos semanas sin tocar la bici.
Bueno, de todos modos, el calendario está ahí y según escribo esta entrada tengo la cabeza en mil sitios y en mil cosas a la vez. Tengo que organizar el equipaje y todo lo necesario para pasar dos meses fuera de Almería. El ritual de todos los años. Vacaciones básicamente familiares con alguna escapada lejos de la familia. Este verano, cambio de escenario incluido: después de casi todos los veranos de mi vida en la sierra de Madrid, nos vamos a Segovia... Bueno, y a pasar una semana en Londres en agosto, de ahí la foto de arriba.
En Segovia aterrizaré el jueves con mi Trek y mi equipaje para dos meses. Complicado esto del equipaje de un aprendiz de triatleta. Claro, hay que incluir la ropa normal, los libros, los gadgets (los i-pods varios, los cargadores, el portátil, la cámara...), pero también hay que incluir los aperos de la natación, los aperos de la carrera a pie, y claro, ahora también, todo lo necesario para el ciclismo. La bomba de pie, el aceite, el casco, los culottes, los maillots...
Importante también incluir algunos planes y proyectos en el equipaje: eso quizás sea lo más complicado de elegir. De momento se me ocurren varias cosillas que voy a meter en la maleta de los planes:
1. Correr por las carreteras y cañadas de Segovia. Con sus toboganes volveré a Almería comiéndome el paseo marítimo.
2. Seguir cogiéndole el punto a la bici de carretera. Estrenar mi nuevo super casco MET con un recorrido bonito: ¿Torrecaballeros-Turégano?
3. Empezar a cogerle el punto a las subidas en bici: ¿seré capaz de subir el Puerto de Navacerrada? No creo, pero pensarlo es, al menos, un principio de proyecto...
4. Seguir nadando. En la piscina cubierta de Segovia o donde sea. Curioso que el domingo en Cabo de Gata me decidí a respirar de forma alterna por la izquierda y por la derecha (no sólo por la derecha) y, surprise surprise, salió bien. Ese cambio cualitativo se merece continuar los entrenamientos en verano.
5. Correr en Londres en agosto: varias rutas en torno al río -Tower Bridge-Battersea, Tower Bridge-Greenwich. Lo que sea para ver Londres desde las zapatillas.
6. Empezar, el lunes 16 de agosto, la preparación para el Maratón de Málaga.
El resto de planes y proyectos, los que no son deportivos, están ya guardados en la maleta.

lunes, 14 de junio de 2010

Viva la carrera a pie!

Un junio que no parece junio -acabo de bajar del trabajo con la bici y la ropa veraniega y no veáis la sensación de fresco y la humedad que hace... Pues eso: un junio que no parece junio y un aprendiz de triatleta que no se parece en nada a un aprendiz de triatleta. (Lo mejor de todo es que las apariencias engañan, por lo menos a veces...)
¿Por qué digo lo del dichoso aprendiz de triatleta? Pues porque la semana que terminó ayer no tuvo nada de triatlón: y ahí es donde entra el título de esta entrada... La semana pasada descansé lunes, martes y miércoles; corrí jueves (12 kms), viernes (12 kms), sábado (12 kms) y domingo (18 kms). Viva la carrera a pie! Ni fui a la piscina ni salí en bici (aparte del urbanbiking para ir a trabajar). ¿Nuevo bajonazo triatlético? No sé. Creo que no. De todos modos, entre la vida social que me inundó (y casi me sobrepasó) toda la semana, el poniente (la tan manida excusa del poniente, diréis), la inquietud porque no salían los tribunales de oposición (la amenaza de que me tocara ser vocal pendiendo sobre mí como un hacha que me iba a amputar el mes de julio), la mala alimentación ligada a la susodicha vida social, la correción de exámenes y un sinfín de excusas variadas, pues... Vamos, que, entre pitos y flautas, decidí correr: ya de hacer algo, hacer algo bien (mis clásicos cuatro entrenos de carrera) y dejarme de historias y episodios deportivos estresantes. Y sí, ya lo sé: cuando tengo poco tiempo (y pocas ganas) ya de hacer algo debería dedicarme a lo que peor llevo (el agua, la bici) -pero cuando uno tiene ADN de runner pues lo tiene.
Lo bueno de esto es que hay muchas semanas por ahí delante de uno para poder no sólo correr, sino correr, nadar y salir en bicicleta. ¿Esta que acaba de empezar?

viernes, 11 de junio de 2010

Murakami, el viento de Poniente y la maldita pereza


El otro día me terminé el libro de Murakami, 'De qué hablo cuando hablo de correr'. No había leído nada de él y tenía muchas ganas de leerme esta especie de ensayo-libro de memorias-diario de corredor. Mi amiga Mela me lo había recomendado hace unos meses, pero tuve que esperar hasta la edición española. Bueno, desde aquí os recomiendo el libro. Me ha parecido muy estimulante y me ha encantado cómo el autor presenta ese cruce entre su vida diaria normal y su vida deportiva. Cómo, cuando uno se hace corredor y triatleta, eso tiene consecuencias para tus otras vidas y tus otras tareas diarias. Lo que hace Murakami es comparar su vida como novelista con su vida como deportista y nos plantea cómo el deporte le ayuda a ser mejor novelista: las habilidades necesarias como corredor (talento, constancia, resistencia, fuerza de voluntad) son también necesarias para otras esferas de la vida como la escritura (probablemente para la mayoría de ocupaciones, ¿no?). También habla de otras cuestiones que todos los corredores de fondo nos hemos planteado alguna vez: ¿para qué corremos? Para sentirnos en forma, para competir contra nosotros mismos, para demostrarnos cosas a nosotros mismos, para engañar al tiempo... ¿En qué pensamos mientras corremos? ¿Hasta qué punto hacemos cosas que se salen de lo normal?
Me he sentido muy identificado con Murakami, por sus ideas y por su trayectoria: su inicio tardío en el deporte, su falta de habilidad para deportes de coordinación, sus ideas sobre el fondo y el ultrafondo como territorios para conocernos mejor, su entrada natural en el triatlón. La sorpresa ha sido, precisamente, todas las historias que cuenta sobre el triatlón: las dificultades con la bicicleta de carretera (pedales automáticos, tráfico y demás), las dificultades con la natación (hay mucha gente que nada bien pero que es incapaz de enseñar a nadar a los demás), su ritmo anual de maratón en otoño y triatlón en verano... En fin, un libro muy recomendable que tiene mucho que decir a cualquier persona que corra o que se esté planteando correr.
Por lo demás, la disciplina y fuerzas de voluntad de las que habla Murakami están brillando por su ausencia últimamente: corro, nado, ando en bici, pero sin ningún plan ni ningún ritmo. No consigo coger un ritmo regular de entrenamientos. Luego me pongo, me pongo y las cifras no están del todo mal, pero no hay ritmo. La semana pasada terminó así:
Carrera: 4 sesiones (52 kms)
Bici: 1 sesión (38 kms)
Agua:2 sesiones (3200 m)
Habrá quien piense que 7 sesiones en una semana no están mal; habrá quien piense que son pocas. Lo que yo pienso es que estuvieron mal distribuidas en la semana y que me cuesta mucho coger un buen ritmo de entrenamiento: entre el trabajo y la ausencia (todavía) de planes para el verano, me está invadiendo una pereza estupenda. La bajada de temperaturas y el viento de Poniente no están ayudando mucho: esto es junio pero parece otro mes.
Así que esta semana va también mal, mal. Lunes, martes y miércoles me los tomé de descanso. Ayer conseguí tener buenas sensaciones haciendo una tirada de 12 kms. A estas alturas de semana, viernes ya, intentaré recomponerme. Con lo sencillo que hubiera sido apuntarme a la Media Maratón del Puerto de la Ragua para este domingo... Como veis, sigo necesitando vidilla.

lunes, 31 de mayo de 2010

Necesito vidilla

A punto de terminar el mes de mayo. Ayer terminó una buena semana de entrenamientos, 8 sesiones en total, con los siguientes números y distancias:
Carrera a pie: 4 sesiones (51 kms)
Bici: 3 sesiones (103 kms + 30 kms ciclismo urbano)
Agua: 1 sesión (1600 m)
Bueno, no está mal; lo mejor es que, después de algunas semanas más flojas en carrera a pie, por fin volví a hacer una semana normal de las mías, pasando de 50 kms, con un rodaje largo super gozoso ayer por la tarde. El tema es el de siempre: me encanta correr, no me cuesta hacer bicicleta a nivel principiante, el agua me va espantosamente mal. El gran error de esta semana (y de otras muchas): hago sesiones de lo que me gusta y se me da bien y sólo voy un día a la piscina... La solución está clarísima: meter más tiempo de lo que tengo más flojo y dejarme de historias. De todos modos, hay que procurar ver siempre el vaso medio lleno, más que medio vacío. Y hace no tanto tiempo, me creía algo por correr más de 50 kms a la semana. Ahora, hacer eso y poder meter más sesiones, por cutres que sean, de bici y de piscina, pues... como que son señales de que el vaso debe estar un poquito más lleno que vacío.
Sin duda, para mejorar en bici y, definitivamente, para poder hacer algo en el agua, necesito tomar decisiones de algún tipo: unirme a un club o cosas de ese estilo. Por lo demás, necesito algo de vidilla. Cuando digo eso me refiero a vidilla tipo plantearme alguna fecha definitiva para algo reconfortante y estimulante: ¿la Media Maratón del Puerto de la Ragua el próximo día 13? ¿el Maratón de Málaga en diciembre? ¿cerrar de una vez por todas un compromiso para mi primer sprint en 2011? ¿el Maratón de Boston en 2011 también? No sé. Algo, pero, como digo, necesito vidilla.

jueves, 27 de mayo de 2010

¿Para qué sirve un blog deportivo?

Menudo título de entrada. Yo y mis pretensiones de siempre. Mejor que lo hubiera titulado de alguna manera menos ambiciosa: por ejemplo, ¿para qué sirve este blog? Bueno, supongo que los blogs sirven para formar comunidades virtuales, para contactar con personas que hacen lo mismo que uno, para animarse, para intercambiar, para temas así. Por los seguidores que tengo (sólo uno o dos parecen tener cierta conexión con el running) y por el escaso tráfico que me demuestra el contador, parece que este no está sirviendo para eso. Claro que con lo poco sistemático de mis entradas y el toque este intimista que le doy al tema deportivo, no creo que nadie lo pueda encontrar demasiado útil para recabar información sobre el triatlón o la carrera a pie. Cualquier día de estos me pongo y empiezo a sistematizar datos: entonces, en vez de un blog, escribiré un libro...
Supongo que mi gran asignatura pendiente es realizar un listado de blogs amigos, de temática similar, y empezar por ahí a dar signos de construcción de comunidad... De momento, este blog (como muchos otros que visito y curioseo puntualmente) está sirviendo más que nada como diario personal y como diario deportivo. Desde que tengo este blog, apenas escribo en mi diario de corredor, una libreta pequeña en la que iba reflejando entrenos, kilometrajes, sentimientos y demás. Así, ha venido a sustituir a mi libreta-diario, con ese punto de morbo añadido de que siempre leerá alguien lo que aquí escribo. Alguien entrará, alguien leerá, alguien dejará un comentario.
Como herramienta para dejar constancia de entrenamientos, cifras y logros no está nada mal. Por cierto, se me olvidó dejar el total de sesiones y distancias de la semana pasada... Ahí va la cosa:
Carrera a pie: 4 sesiones (46 kms)
Bicicleta: 2 sesiones (71 kms)
Agua: 1 sesión (1500 metros)
En cuanto a esta semana, de momento, tres sesiones: una de carrera y dos de bici. Hoy, por cierto, los 37.5 km que he hecho con poniente salvaje me han dejado con ganas de dormir la siesta. Lástima que tuviera que ir a trabajar.

domingo, 23 de mayo de 2010

Exhilarating

Exhilarating es, probablemente, una de mis palabras favoritas en inglés. Es la forma -ing del verbo exhilarate, y se aplica a lo que te hace sentir muy feliz, muy eufórico o muy excitado. Mi experiencia con la bici ayer puede ser calificada de exhilarating, al nivel de una experiencia previa, ir a todo trapo, también en bici, por las calles y canales de Amsterdam. Bueno, ayer no había canales, ni ciudad, ni nada. Ayer había un buen temporal de levante, que me maltrató vilmente yendo hacia Retamar y me hizo pensar varias veces en darme la vuelta. En desistir. Sin embargo, luché a troche y moche contra el levante, en ocasiones con la bici a unos ridículos 19 km/h.
El sufrimiento y las embestidas del viento tuvieron su recompensa: la vuelta de Retamar a Almería, con el levante a mis espaldas, fue maravillosa y me sirvió para ver lo deprisa que mi Trek 2.5 puede ir. 52 km/h de velocidad máxima. Sin bajar de 42 km/h en la recta hacia Costacabana, con el mar al fondo, los pitacos dando forma al paisaje de la felicidad y excitación deportivas. El premio por no desistir. Al final 37.5 kms totales, a 26.1 km/h de media. Exhilarating y, ahí va otra de mis palabras favoritas, invigorating.

lunes, 17 de mayo de 2010

El aprendiz de triatleta se recompone: una semana movidita

Tras las decisiones, llegó el momento de actuar. Ayer terminó una semana movidita en todos los sentidos: el juez Garzón suspendido por querer hacer su trabajo (España retrocede 40 años hacia la ultraderecha y nos quedamos tan panchos), ZP realiza un aterrizaje de emergencia derrochando recortes que me van a dejar la nómina en 150 euros menos (¿qué esperábamos?), el Barça gana merecidamente la liga, Nadal vuelve a ser Nadal y se impone a Federer... En fin: una semana llena de accontecimientos.
Para no ser menos, me puse manos a la obra y decidí tener una semana movidita que me despejara todas las dudas y debates internos. No se me ocurrió ninguna idea mejor que meter volumen a mi proyecto triatlético. Ya comenté el otro día que el objetivo era conseguir llegar a 10 o 11 sesiones a lo largo de toda la semana. Pues bien, prueba superada: 10 sesiones en total.
Aquí van los detalles por disciplinas:

Carrera: 44 kms en 4 sesiones
Piscina: 4100 m en 3 sesiones
Bici: 98 kms en 3 sesiones (+25 kms de ciclismo urbano)

Hoy supongo que me merezco un día de descanso. ¿No?

sábado, 15 de mayo de 2010

Mi Trek, yo y mis primeros 100 m en 1'55''


Pues después del bajonazo llegaron las decisiones. La primera, meter esta semana 10 o 11 sesiones de carrera, agua y bici -mañana podré hablar de éxito o fracaso... De momento no van mal las cosas y hoy aprovecho para subir aquí una foto de mi bici de carretera, mi burra, mi roadster, mi Trek 2.5, conmigo, claro está. Que una bici sin su correspondiente ciclista no es más que un montón de cables, tornillos, metal, platos y piñones.
Y aprovecho también para comentar mi nuevo "progreso" en la piscina; tras muchos intentos y meses y ánimos y desánimos, ayer conseguí bajar de 2 minutos en 100 metros: 1'55'', tiempo cutrísimo donde los haya, pero que, teniendo en cuenta mi punto de partida, me llena de optimismo.
Por último, aprovecho para hacer un llamamiento al dios Eolo: llevamos no sé cuantos días de poniente implacable y sin tregua. Una paradita no estaría mal.

lunes, 10 de mayo de 2010

Bajonazo: el aprendiz de triatleta desmotivado

Aunque el título suena a argot taurino, lo que quiero resumir con la palabra bajonazo es que llevo unas semanas, desde los 10k del Puerto, que no me centro. Estoy cansado, poco motivado, con muchas dudas de todo tipo y sobre muchas cosas, con pocas ganas, con estrés, con pereza... Soy como el triatleta perfecto pero al otro lado del espejo; una penita, vamos. Claro que ya me había dado cuenta yo de que nadie es perfecto y eso de ser tan exigente con uno mismo no lleva a ningún sitio. Probablemente todo se reduce a que necesitaba descansar un poco. Y en eso estoy, en el descanso; la semana que terminó ayer terminó flojita flojita -aquí están las pruebas:

Carrera a pie: tres sesiones, total 40 kms
Bici: dos sesiones, total 53 kms (+25 kms de bici urbana)
Piscina: dos sesiones, total 2900 metros

Si tuviera que salvar algo, salvaría dos cosas: la tirada larga de ayer por la tarde, 18 kms que terminaron con algo así como la puesta de sol perfecta, con todo el poniente metido en el mar y unos juegos de luces alucinantes. Y, por otro lado, tachán tachán: por primera vez hice 2' pelaos en 100 metros en la piscina. Y, tachán tachán tachán, bajé mi tiempo de 1000 metros un minuto entero: estoy ya en 26'40''. Nadador paquete paquete, pero bueno, ahí vamos mejorando.

viernes, 7 de mayo de 2010

Misión cumplida: Trek 2.5 estrenada

Lo que en principio me parecía una misión casi imposible ha resultado, al final, un poco más fácil de lo que esperaba. La cosa es que recogí mi flamante Trek el miércoles por la noche y me he pasado desde entonces dándole vueltas de cobarde al tema de estrenarla. Ayer, con la excusa de que mis zapas de correr me estaban echando de menos, me marqué 10k antes de comer que me apartaron el ciclismo de la cabeza.
Uno ha leído tantas historias míticas sobre caídas tontas con los pedales automáticos que, francamente, no me veía calzándome las zapas Sidi y tirando carretera 'alante'. Esta mañana he dejado el acojone en la parte más trasera y escondida de mi cerebro y me he decidido. Bueno, el resultado no ha sido malo del todo: he llegado hasta El Toyo, he comprobado el estado lamentable del asfalto, he hecho un total de 30k a una media de 24.7 km/h (con poniente a la vuelta y con mucha prudencia, que no se diga), me he soltado del pedal cada vez que iba a entrar en una rotonda, he conseguido todas las veces volver a enganchar el pedal casi sin mirar y he vuelto a casa por la avenida Cabo de Gata entre autobuses, coches y semáforos varios. Y, lo más importante: no me he caído. Cross fingers, cruzaré los dedos...
Las sensaciones de la bici de carretera son totalmente nuevas: nada que ver con la MTB, -sin dar ninguna caña y sin llevar viento en contra te pones a 30 y tantos km/h. Con el viento en contra te pones, sin esfuerzo, a la velocidad de crucero en MTB. En fin, no he descubierto América, con estos comentarios y reflexiones. Mañana, si calma este temporal de poniente, más.

lunes, 3 de mayo de 2010

Smoothie Davidrunner69: mi versión particular del batido de proteínas

Ingredientes:
500 ml leche de soja (si está en la nevera mejor)
3-4 cucharadas de yogur semidesnatado o kefir
1 plátano (si está frío mejor)
12-15 fresas (si están frías mejor)
1 mandarina (o cualquier otro cítrico)
Canela en polvo
Elaboración: Triturar todo en la batidora de vaso. A beber!

Ahí va una de mis recetas favoritas para la recuperación post-entreno, especialmente ahora que ha llegado el buen tiempo. Y es que esta semana pasada hemos dejado abril atrás y hemos entrado en mayo... Esta semana pasada ha terminado también con buenas sensaciones: sólo he corrido dos días de nada, tras la mejora de marca en 10k, pero he vuelto a tener buenas sensaciones en la piscina y he seguido con mi plan de puesta en forma en la bici... Ahí va el resumen de la semana:

L: descanso
M: descanso
X: bici, 19k + piscina, 1200 metros
J: descanso
V: bici, 19k + piscina, 1400 metros
S: bici, 19k + piscina, 1300 metros + carrera, 10k
D: bici, 26k + carrera, 10k
Totales: 20k carrera, 83k bici (+ 24k urbanos), 3900 m piscina.

No está mal; destaco el sábado en que, festejando el Día del Trabajador, me marqué una combinación de bici, piscina y carrera sin problemas aparentes. Estamos hablando de intensidades suaves y distancias 'cortitas', pero, como digo, las sensaciones están siendo buenas, incluso en el agua.
Por cierto, mi Trek está ya en Almería. En dos días o así...

jueves, 29 de abril de 2010

Habemus...Trek 2.5

Pues sí. Lo habéis adivinado: esta era la noticia que me dejé en la manga el lunes pasado. Al final, después de un mes (o más) de mucho meditar, consultar webs, foros, almohadas y opiniones varias, me decidí por la Trek 2.5. Un mes de ponerme al día en el vocabulario de las bicis de carretera y su significado oculto: materiales, cuadros, grupos, horquillas, tirantes, bielas, tubo del sillín, tubo superior, doble-doble compacto-triple, tallas, mediciones antropométricas, potencia, tijas de carbono, vainas, geometrías más pro o menos pro... En fin, un nuevo mundo que, a los ojos de un profano, resulta (¿resultaba?) complicado. Bueno, ahí la tenéis: una bici en aluminio hidroformado, con horquilla de carbono, con un grupo Ultegra y plato doble-compacto. Y roja, que, coincidiréis conmigo, el color también importa. De momento está tan sólo encargada, por lo que no os puedo comentar mucho más. Sólo que comienza una etapa nueva de maillots, culottes, badanas, pedales automáticos y miles de sensaciones raras por venir. La primera, me siento un poco como si estuviera traicionando a la carrera a pie y a mis Saucony con este paso que he dado.

lunes, 26 de abril de 2010

10 kms del Puerto de Almería 2010: soy chico sub 38'


Aquí vuelvo: sano y salvo (y con la cabeza alta) de mi último compromiso reconocido de esta temporada. Vuelvo a ritmo de celebración -con mi rooibos y con el último disco de Christian Scott, Yesterday You Said Tomorrow, de fondo. Un lujo, tanto el rooibos como la trompeta de Scott. Así que mejor no perder más tiempo y enfilar ya la crónica de la cuarta edición de los 10 kms del Puerto de Almería. No me encontraba animado, ya lo comenté en entradas anteriores; no sé si es miedo escénico u otra cosa, pero últimamente no hay carrera que afronte con gusto. El día antes y el momento despertar los vivo como verdaderas crisis de mi carrera deportiva. No puedo hablar de nervios porque nervioso no me pongo, pero motivación no derrocho... Claro que luego suena el disparo de salida y me tengo que comer mis palabras y la motivación, que se me sale a borbotones... La cosa este año consistía en seguir la buena racha y bajar mi tiempo de 10 kms: detrás de mí tenía una gran reserva de tranquilidad, porque, después de todo, había bajado mi tiempo en Media Maratón dos semanas antes, así que, si no cumplía otra vez con mi rito-reto particular, tampoco iba a pasar nada. Más se perdió en Cuba... Claro que la cosa consiste en que, como siempre, suena el disparo y me animo y ya no hay vuelta atrás: además, ¿cómo iba a desperdiciar tanta ventaja? Un recorrido totalmente llano, al lado del mar, contemplando las mejores vistas de la bahía de Almería. Un lujo para los sentidos. Un lujo para el sistema cardiovascular el tema de la supercompensación de la Media de Málaga: justo dos domingos después, todo son ventajas para volar. La crónica está ya medio hecha: la carrera, tan bonita como las otras ediciones; mucha gente, mucha más que en ediciones anteriores; calor, más del deseable... Saludos, conversaciones varias, los runners almerienses de siempre y algunos más, que se nota que cada vez corre más gente. (Inciso: ¿está todo el mundo que corre carreras preparado para correr? No sé, ayer se tuvieron que llevar a dos participantes en ambulancia. La cosa da que pensar, ¿no?). Siguiendo con el tema: ritmo constante desde el principio y buenas sensaciones hasta el kilómetro 7 o así; a partir de ahí, sigo el mismo ritmo más o menos pero ya deseando terminar. Kilómetro 9: ufff, menos mal que queda sólo un kilómetro. Algún animo en la recta final. Enfilo recta y entrada en meta. El 32. El 11 de mi categoría. Termino en 37'41'', bajo mi marca de 10 kms en 48 segundos. No está mal la cosa.
Por cierto, aprovecho para recomendaros el McMillan Running Calculator, una herramienta estupenda para predecir tiempos en distancias varias introduciendo los datos de una carrera reciente. Para que os hagáis una idea, al meter mi tiempo de la Media de Málaga, la calculadora esta me predijo un tiempo de 37'44'' en 10 kms. Tres segundos más de lo que hice ayer. La cosa no se queda ahí sino que también te da los ritmos de entrenamiento adecuados para el nivel concreto que tienes en un momento dado. Estupendo, ¿no?
Por lo demás, me dejo una super noticia guardada en el bolsillo. Como no puedo mezclar churras y merinas en la misma entrada, prometo volver por aquí lo antes posible (¿mañana mismo?) y así salimos de dudas... Saludos.

viernes, 23 de abril de 2010

Una semana normalita: mediciones antropométricas y camino a los 10k del Puerto

Parece que si uno tiene un blog le tienen que pasar cosas extraordinarias todo los días. Parece que si uno tiene un blog relacionado con el deporte tuviera que realizar hazañas físicas todos los días (o por lo menos, todas las semanas). La realidad no es así: esta semana entra dentro de la categoría 'semana tonta', ni que sí, ni que no. Ni fu, ni fa, vamos.
Como el domingo son los 10 kms del Puerto de Almería (uff, qué poca motivación...), sólo he salido a correr dos días (a hacer 10 kms el miércoles y otros 10 ayer jueves). Nada reseñable, un final progresivo garboso el miércoles y dos 500 semi-garbosos ayer, por eso de que las piernas no se olviden del ritmo. Por lo demás, he hecho un paréntesis en el plan de acondicionamiento ciclista: esta semana me he dedicado a seguir curioseando los miles de foros ciclistas del mundo on-line y a hacerme todo tipo de mediciones antropométricas. Juas. Desde aquí aconsejo el Fit Calculator, la heramienta que Competitive Cyclist tienen para obtener desde la talla de la bici a la altura del sillín pasando por la longitud de la potencia. Muy curioso, me ha servido para subir hoy la altura del sillín y darme cuenta de la cantidad de energía que desperdiciaba con el sillín más bajo... Por lo demás, en el capítulo bici sigo en un mar de dudas: ¿Trek 2.3 o Trek 2.5?
Para terminar, he estado hace un rato en la piscina: una sesión pachanguera total, 10 x 100 m; con algún atisbo de buenas sensaciones, pero en general muy lento: poco motivado también, cada vez hay más gente en las Almadrabillas. Calles con 3 y 4 personas; lo mejor de eso es que te puede tocar dentro de la calle alguien que te diga "no sal tú, que vas más rápido", como me ha pasado hoy. Lo peor, que te puede tocar algún kamikaze, como la señora guiri mala bestia que me ha tocado hoy en suerte... Un pedazo de alemana sesentona que nos ha dado tropecientas pasadas sin ningún tipo de miramientos; ay, esa gente que no tiene en cuenta el sentido de circulación de las calles y que provoca choques frontales... Bueno, voy a comer.

martes, 20 de abril de 2010

Una bandada de flamencos, recuperación de Málaga y otros asuntos tri


Mejorar mi marca en la Media de Málaga me dejó un poco tocado. No tanto física como mentalmente. Entre unas cosas y otras, la semana pasada pasó con cinco días de descanso casi total: digo casi total porque aproveché para comenzar un plan de puesta en forma ciclista. El caso es no parar. Como este es el blog de un futuro triatleta os actualizo un poco en cada una de las tres disciplinas.
A ver, ya que estoy con lo de la media maratón, comienzo con la carrera a pie. Hacer una media a 3'58'' cansa. Es lo que me ha dejado claro esta semana pasada: y, como decía arriba, no tanto en lo físico -creo que, una vez cumplido el objetivo (y cumplido está con creces) queda el tema del ¿ahora qué? Bueno, en mi caso, la respuesta a corto plazo es simple: ahora tocan los 10 kms del Puerto de Almería. Bajar o no bajar marca otra vez, esa es la cuestión. La verdad que tampoco me preocupa demasiado; sin embargo, si os cuento la planificación me diréis que tanto pensar y planificar será para algo. La semana pasada descansé de correr de lunes a viernes: además de que no me lo pedía el cuerpo, esa era la planificación, descansar para asimilar. En el fondo es tomarse la Media de Málaga (mi gran objetivo de la temporada) como un entreno de cara a los 10k del Puerto. En fin, qué enrevesado somos los deportistas... Al final, el sábado salí a hacer 10 km relajados -tirando de un cuerpo que todavía no quería: todo tiene su recompensa y, por el Camino de Ribera, vivimos uno de esos encuentros runner en la tercera fase que te hacen valorar aun más esto del correr. Ahí que vimos una inmensa nube rosa, una bandada de flamencos que iban camino de Cabo de Gata y que, tonterías de uno, parecían como una especie de buen presagio para futuras carreras. El domingo, para no dejar a los flamencos en entredicho, tocó tirada larga: 18 kms a 4'50 y tantos que se dieron bien, esta vez amenizados por un arco iris y por un chaparrón primaveral. En principio, la tirada larga tiene su por qué: si haces una tirada larga una semana después de una carrera te ayuda a mantener y consolidar la forma de tu última carrera. ¿Será verdad?
Pasando al siguiente asunto, el ciclismo, hay novedades: la primera, que sigo con la cabeza como un tambor con mi decisión de comprarme una bici de carretera (una flaca o burra, en el argot ciclista). ¿Trek o Specialized? ¿Trek 2.3 o Trek 2.5? ¿Shimano 105 o Shimano Ultegra? Peor que cuando me compré mi casa... La segunda novedad: estoy siguiendo un programa, en concreto el iniciados 1 del libro En forma con la bicicleta, un libro conciso y útil que, sin duda, me ayudará a llegar al Tourmalet si hace falta. Bueno, pues la semana pasada fue la semana 1: me tocaban 4 salidas, hice 3 al final. Son salidas cortitas al principio para ir construyendo una base de resistencia y kilometraje. Por curiosidad, el jueves hice 16.5k, el sábado 18.3 y el domingo 22.5, unos 57 kms en total a los que hay que sumar los habituales 6 diarios de ida y vuelta al trabajo. Yo y mi aparatosa MTB por calles y carreteras, todo un espectáculo.
Bueno, pues llegamos al tercer asunto: el agua. O sea, la natación. En blanco desde hace un montón de días. El curso-taller de Inmersión Total más que animarme y motivarme me desmotivó sobremanera. Anoche, por fin, volví a la piscina. Con sorpresa incluida: no sé ni cuántos metros hice (se me olvidó el gadget cuenta vueltas). La primera mitad con malas sensaciones. De repente, a partir de la mitad de la sesión, comienzo a notar algo raro: las baldosas de la piscina se mueven más rápido de lo normal. En realidad, se mueven rápido. Intento evaluar sobre la marcha qué me está pasando: ¿me está abduciendo una versión almadrabillera del espíritu de Phelps? No, más bien noto que estoy sincronizando la patada con el impulso de cada una de las caderas. Los brazos tan de puta pena en el recobro como siempre, pero la patada y las caderas mejor, mucho mejor. Bueno, eso fue anoche. Ya os contaré pronto sobre mi próxima sesión de piscina que, por lo menos, me quedé con buen sabor de boca y con ganas de seguir usando mis gafas nuevas Speedo. Hala, me toca desayunar.

lunes, 12 de abril de 2010

XX Media Maratón de Málaga: ritos, retos y la satisfacción de ser chico sub 1h24'


Después de dormir como un niño pequeño estoy ya casi preparado para escribir la crónica de la Media de Málaga. Crónica y reflexiones variadas, que cuando a mí me da por reflexionar... Y es que este fin de semana me ha dado fuerte por constatar todo lo que el deporte popular y las carreras tienen de rito: si a alguien le interesa este tema, que la antropología ha estudiado con cierta profundidad, que lea Ritos y rituales contemporáneos de Martine Segalen, una lecturita amena que puede ayudar a cualquier runner a ver las cosas desde otro punto de vista. Porque a todo el mundo le queda claro lo que la carrera a pie y las carreras tienen de reto personal pero quizás no llegamos a ver de manera tan clara lo que tienen de rito. Me explico: creo que no somos lo suficientemente conscientes de que corremos y repetimos carreras para tener la ilusión de que todo sigue igual. Los ritos son celebraciones, la mayoría de las veces, públicas, en que se celebra la vida y la continuidad de la vida. Así, corremos, nos atamos las zapas y nos inscribimos en carreras porque nos gusta correr, porque destilamos endorfinas, porque sí, pero también porque a través de ciertas prácticas repetidas y compartidas, vislumbramos la ilusión de que la vida es cíclica y, a su manera, eterna. Es decir, como nos podemos apuntar a carreras que funcionan siempre de la misma manera (inscripción, recogida de dorsal, costumbres personales de cada cual, calentamiento, salida, llegada a meta, entrega del chip...), nos hacemos la ilusión de que esto será así siempre y llegamos a pensar que la vida se mantiene intacta de una carrera a otra y de un año a otro.
Bueno, esto se intensifica cuando uno casi hace de una carrera su carrera fetiche y el objetivo de todos sus retos personales. Ahora, rito y reto se entrecruzan y animan un poco el cotarro. Eso es lo que me pasa a mí con Málaga, vamos, con la Media Maratón de Málaga... La corro año tras año y bajo mi marca año tras año. Hago del reto un rito. Un rito que me permite pensar que sigo vivo y que la vida (aunque este año es radicalmente distinto al pasado, aunque ya no está una persona a la que solía contarle todos estos rollos) sigue también viva.
Bueno, pues el fin de semana se ha desarrollado siguiendo el guión del rito: estancia en Málaga, paseos, tapitas en La Campana, visitas a la Tetería, compras de la noche del viernes en el super del Corte Inglés para el desayuno pre-carrera, el mismo hotel, los mismos nervios. Este año había un cambio de guión: la Media Maratón de Málaga no salía de Carranque sino del Estadio de Atletismo. A bote pronto, la localización un poco incómoda, allí donde Cristo perdió el gorro, camino de Torremolinos y casi en el aeropuerto. Después la cosa no es tan complicada y cogiendo el autobús se llega sin problemas y tal. Lo peor de los cambios no es la salida y llegada al nuevo estadio, que, además es muy bonito, sino el cambio de recorrido: han quitado la parte más bonita de la carrera, ya no se corre por el Paseo Marítimo Pablo Picasso hasta los Baños del Carmen ni tampoco por el Parque y la Alameda. Ahora el recorrido son dos vueltas por el Paseo Marítimo nuevo: todo llano, eso sí.
Pocos cambios más en el guión del rito-reto: ahí que llegamos Simón y yo al susodicho estadio con tiempo suficiente para estirar y calentar. Hace una mañana rara, nublada y con algo de levante. Guardarropas, hacer pis, estirar, calentar y a meterse al redil. El del dúo Sacapuntas anima la salida y ahí que dan el disparo de siempre. Comienza la parte más divertida y reflexiva del rito. Ahora te quedan 21,097 kms para medirte, para retarte, para comprobar si todo lo que has hecho ha merecido la pena. Bueno, mi idea, mi reto para este año es bajar de 1h25' y mejorar mi marca. Así que suena el disparo de salida y tengo claro que tengo que adelantar gente como sea: esto es tonto el último y como no me quite de encima cientos de personas en los dos primeros kilómetros soy hombre muerto. Pues eso, me dedico a pasar globos, el de 1h45', el de 1h40', el de 1h35', el de 1h30'. Ya no veo más globos: o no hay, o los han retirado o se me ha nublado la vista.
El resto es mantener ritmo. Van cayendo kilómetros por ese recorrido nuevo que peca de aburrido; la segunda pasada por el Paseo Marítimo se hace eterna. Paso el km 10 en 39' y poco. Paso el km 15 en menos de una hora. Creo que me voy manteniendo al mismo ritmo: 3'50 y tantos el mil. Queda cada vez menos y no me encuentro mal: a partir del km 18 voy sufriendo un poco pero básicamente me encuentro entero. De piernas más o menos bien, de cardio, bien. Km 19. El estadio. Km 20: me permito ir con cierto garbo. Voy a bajar de 1h25'. Lo veo claro. Entro en el estadio y aprieto lo que me permiten las fuerzas. Veo que, si me esfuerzo un poquito, bajo de 1h24''. Apretón final (sería muy pretencioso llamarlo sprint final) y ahí estoy: según mi reloj entro en meta en 1h23'57''. Tiempo oficial: 1h23'58''; puesto 312 en la general y 67 en mi categoría, con un promedio de 3'58'' por km. He bajado mi tiempo en 1 minuto y 21 segundos. He cumplido mi reto: he entrenado con cabeza estos meses, he metido velocidad de manera más sistemática, el trail de Cabo de Gata justo un mes antes, la ilusión, he acumulado kilómetros, todo me ha ayudado. Y otro año más: Málaga no me ha fallado y me ha permitido mejorar mi marca. Se ha cumplido el rito: sí, ha pasado un año pero me encuentro igual de bien que el año pasado o incluso mejor.