El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

sábado, 19 de diciembre de 2009

40 añitos: resoluciones de cumpleaños y día regional del triatlón

Tras dos semanas sin aportar nada nuevo por aquí retomo el asunto. Tras la crónica de Maradonosti, tras la euforia de los días posteriores, llegó el vacío postmaratón: un síndrome bien documentado en la literatura especializada. Después de 16 semanas de ilusiones y de trabajo estructurado, terminar el maratón y abandonar el programa de entrenamiento te deja un gran vacío mental y vital. El problema es que, al menos en mi caso, el cuerpo se queda como fuera de juego: por un lado, quieres continuar con los entrenos (al menos retomar la rutina premaratoniana de los 4 días de carrera); por otro lado, el cuerpo y la mente no te responden lo suficiente. Está uno cansado. Con molestias en la rodilla izquierda (la cintilla iliotibial o el tensor de la fascia lata o vaya usted a saber). Con las pulsaciones por las nubes todavía. Es una especie de quiero y no puedo que, después de las 16 semanas de preparación y de la euforia de terminar el maratón con un buen tiempo, te dejan la cabeza un poco de aquella manera. Y, aunque por un lado pienso que me merezo el descanso, que todos los manuales y artículos aconsejan una vuelta muy gradual a la normalidad, no me acaba de convencer este periodo de barbecho. Y es que desde el maratón he corrido poquísimo: la primera semana post-Donosti, 10 k (1 día); la segunda semana, 30 k (3 días); la tercera semana, esta, llevo 2 días (18 k, de momento) y ganas de salir hoy y mañana. A ver cómo va todo, porque aquí está lloviendo lo que no está escrito y no tiene ninguna pinta de parar. A ver también cómo va la rodilla...
Bueno, hablando de otra cosa: ayer cumplí 40 años. Maradonosti fue una especie de celebración, algo así como un subidón para entrar en la cuarentena con las pilas cargadas. Como he explicado más arriba, el subidón está empezando a convertirse en bajonazo. Así que ayer tuve que coger el toro por los cuernos y, por el poder que me confería el cumpleaños, declaré el 18 de diciembre como día regional del triatlón. Toma ya! La celebración consistió en coger la bici como todos los días (para ir a currar), ir a la piscina (no demasiado malas las sensaciones: 1000 metros con pull y 250 a pelo) y salir a correr por la noche (8 km con un frío y una humedad del copón bendito, y mi chubasquero en el armario guardado). Pues eso: prueba superada e inicio del reto comenzado oficialmente.
Llevo meses dándole vueltas a lo de incorporarme al triatlón de manera organizada y seria. El día de ayer fue el pistoletazo de salida. Hoy, el cambio de nombre de este blog es ya una prueba de mis intenciones ¿a corto, medio o largo plazo?
Salud y kilómetros.

martes, 1 de diciembre de 2009

32 Maratón Donostia San Sebastián: la crónica de 3 h 07'14'' (aterrizando, que es gerundio)


Han pasado casi 60 horas desde que el domingo, a las 12 y ocho minutos del mediodía, terminé mi primer maratón. Han tenido que pasar esas horas para que vuelva a bajar escaleras con cierta soltura, para asimilar la carrera y para encontrarme con algo de tiempo para escribir la crónica. Ya era hora! Pues sí, ya me vale: tanto dar la murga con el maratón, tanto escribir aquí entradas irrelevantes, y ahora que tengo algo verdaderamente jugoso que contar (el aterrizaje de este primer vuelo) voy y tardo casi 60 horas en decidirme.
Quizás he tardado tanto porque me da miedo pensar que ahora que el avión ha aterrizado, tendré que planear otros vuelos para seguir pa'alante. También porque me doy miedo: no quiero pasarme con los retos ni con vuelos demasiado altos. No me toques las palmas que me conozco. ¿No decía eso la canción? Pues eso: ahora aquí, escuchando a Sigur Rós y con una infusión ahí enfriándose, con la foto esta aquí a mi izquierda (¿se nota la cara de satisfacción en la entrada en meta?) creo que estoy a punto para contaros cómo fue todo. Perdonar el retraso... Y, no, no es un globo desinflado lo que llevo en la mano: es una gorra.
Bueno, pues la fase final de aterrizaje comienza el sábado 28 muy tempranito: el enésimo sacrificio de la historia esta. A las seis menos diez de la mañana tocan diana. Simón y yo tiramos para el aeropuerto, con poca alegría y con muchas dudas: él está con un gemelo lesionado; yo estoy cansado. Cansado de semana y agobiado por mi falta de estrategia para la carrera. Además, el pronóstico del tiempo ha empeorado: el domingo por la mañana entre las 9 y la 1 va a caer la del pulpo en Donosti. En fin, qué se le va a hacer. Barajas. Segundo avión: la cosa se empieza a animar; ambiente 'runner' a tope: nos falta hacer unas rectas por el pasillo del avión; nos dejamos ver los suuntos y los polar y nos miramos de reojillo todos. Todos sabemos a lo que vamos a Donosti: todos sabemos que todos lo sabemos... Bueno, vamos llegando: preciosa aproximación del avión -Hondarribi, Hendaya, San Juan de Luz y a lo lejos Biarritz. Aterrizamos al borde de esa frontera que me ha fascinado siempre que la he visto: el Bidasoa separando abruptamente dos países... Bueno, tiramos para Donosti. Hotel estupendo, recogida de dorsal, paseo, zuritos y pintxos, comida atómica (alubias negras de Tolosa, vivan los hidratos, y pimientos rellenos), siesta y, de nuevo, paseo y cena nerviosa (pasta y ensalada). A dormir, señores, que mañana corremos un maratón.
Sorprendentemente, duermo bien -oigo llover entre sueños y pienso que lo mismo el frente se ha adelantado. Efectivamente, nos levantamos a las 6 y 25 y ha dejado de llover. Desayuno. Evacuación intestinal exitosa y completa. Elección de ropa (manga corta, por fin, que no se diga; manga corta y guantes, que a mí las manos que no me las toquen). Tiramos para Anoeta; dejamos las bolsas, nos damos vaselina en las tetillas y en las ingles, estiramos, calentamos, damos unas carreras. Apenas hablamos. Excitación. Mogollón en la salida. Me despido de Simón. Buena suerte y tal y tal: le intentamos quitar trascendencia al asunto. Me sitúo junto a la liebre de las 3 horas 15'. Preparados, listos, disparos de salida. Señoras, señores, estoy corriendo mi primer maratón.
El grupo de las 3 horas 15' es super compacto; hago el primer kilómetro en el grupo. Me agobio. No sé por qué pero las piernas se me van. Las Mizuno Elixir 3 tiran de mí y me piden jarana. Tiro. De repente me encuentro en un grupeto super compacto -desconozco sus intenciones, no quiero ni imaginármelas: sólo sé que voy cómodo a ese ritmo. Vamos como a 4'30''; un poquito más rápido quizás. Empiezo a dudar: una parte del cerebro me dice que voy de puta madre; la otra me dice que me voy a dar una buena hostia. Una parte del cerebro me dice que he estado entrenando 16 semanas para algo; la otra me dice "te vas a acordar tú de esto dentro de 30 kilómetros, jodío imprudente". Entramos en el estadio de Anoeta como en el kilómetro 5; primera entrada que me deja con la boca abierta. No quiero ni imaginarme cómo será entrar cuando toque el kilómetro 42...
La cosa sigue sin muchas novedades: el grupeto en el que me he integrado tiene totalmente memorizado el ritmo. Ni un tirón, ni una duda. Ritmo, ritmo, ritmo. El mismo ritmo todo el rato por las calles de Donosti. Las novedades las marca el público, cada vez hay más gente: mayores, pequeños, una banda de música, bomberos, gabachos y gabachas, niños que quieren chocar la mano de los corredores. No pienso en nada; no quiero pensar: queda todo por delante. Como no quiero pensar, meto la directa y disfruto a ratos con todo lo que me ofrecen los sentidos: el ruido de todas las zapas a ritmo, el mar por el puente del Kursaal, el Kursaal, impresionante, varado en el Cantábrico, el público con sus gritos de ánimo en euskera (oso ondo, aupa, aurrera, dirigidos a ese generoso surtido de Andonis o Juantxos que van corriendo conmigo), el Cantábrico con unas olas preciosas que también nos dicen 'oso ondo', la Zurriola, la Kontxa... En verdad, la belleza del recorrido es apabullante.
Sin novedades: mis mismas dudas y el no querer pensar. Me acuerdo de todas estas 16 semanas pasadas. De mis padres. De mi prima Reme, que ya no está. Del gemelo de Simón. De que queda toda la carrera por delante. De que quizás me pegue contra el famoso muro (o el señor del mazo, que hay maneras distintas de llamarlo). En cualquier caso, creo que ya he tomado una decisión: voy a hacer un buen tiempo, menos de 3 horas 15'; voy a seguir a este ritmo y si me estrello pues... No soy consciente de cuándo tomo tal decisión, debe ser al darme cuenta de que en una hora hemos hecho más de 13 kms -y digo 'hemos' porque en ningún momento tengo la sensación que he tenido en otras carreras: no corro solo, corro con un grupo de gente que no se desvía ni una décima de segundo del ritmo. Seguimos, seguimos, seguimos. Ritmo, ritmo, ritmo. Clavado, clavado, clavado. Así llega el paso de media maratón: 1 hora 34' 54'' (según el tiempo oficial). Si consigo doblar hago 3 horas 10'.
Claro, si consigo doblar... Otra vez dudo: mi mitad prudente me dice que estoy pirado. Que me queda la mitad de la carrera y que me la voy a pegar. Mi otra mitad me dice que no hay vuelta atrás. Has tomado una decisión, ¿no te acuerdas?. Segunda entrada en Anoeta: 100 años de Real Sociedad. No hay mal que cien años dure, os toca subir a primera ya!... Vamos pa'alante. Repetimos la vuelta y volvemos a pasar por el Kursaal y por la Zurriola. Empiezo a echar de menos un poco de ambiente en el grupeto. A mí, que tanto me gusta hablar en las carreras: en esta me va a tocar ir calladito. Digo alguna cosa, estilo 'qué bonito' mientras miro románticamente el oleaje del Cantábrico. Qué alucine! Nadie me sigue la corriente: aquí no hemos venido ni a hablar ni a mirar el paisaje. Ritmo, ritmo, ritmo. Cloc, cloc, cloc. Vale, me callo.
Por la Zurriola, kilómetro 28, me saco el gel del bolsillo trasero del pantalón. Cojo agua. Me preparo. Hoy el gel me resulta empalagoso a rabiar. Como si me hubiera comido varios kilos de chicle con sabor a plátano. En fin, cosas de los geles. Kilómetro 30. Con mucha ceremonia digo "ahora empieza la hora de la verdad". Uno del grupo, con el que he compartido agua hace un momento, me sigue la corriente. Le digo que no sé si voy pasado de rosca para ser mi primer maratón. Me pregunta si sé que vamos para hacer menos de 3 horas 10'. Le digo que sí, que me lo imagino. Me dice que si quiero asegurar sea conservador en la cuesta de los concesionarios. Le digo que sí y hago firmes propósitos de ser conservador. Entro en territorio desconocido. En mi vida he corrido más allá de 32 kilómetros y ahora cruzo esa puerta. No sé lo que va a pasarme. ¿Me encontraré con un muro de ladrillos o de hormigón? ¿Romperé a cabezazos los ladrillos? ¿Me romperé la cabeza con el hormigón?
La Kontxa. Ondarreta. El túnel. Kilómetro 34. La Universidad. La susodicha cuesta. No quiero ser conservador. Paso de todo. Despues de todo, a mí lo que me gusta es subir cuestas. Las piernas me molestan, no lo puedo negar. Una molestia difusa, los abductores, las rodillas, los gemelos, no sé. Todas las piernas. Las piernas en sí. Pero el corazón se adueña de la situación: 'señoras piernas, un poquito de respeto, que este señor lleva entrenando 16 semanas para darse este gustazo'. Las piernas se callan y parecen obedecer. Kilómetro 35. Bajamos la cuesta. En un concesionario tienen a los Bee-Gees a toda leche: Staying Alive. Eso parece que va dedicado a las susodichas piernas. Me permito una licencia y coreo el estribillo. Uh-uh-uh-uh staying alive, staying alive. Mis compis de grupo ni se inmutan. No hemos venido aquí de catxondeo. Ritmo, ritmo, ritmo. De todos modos, caigo en la cuenta de que el grupeto se ha desintegrado. La gente ha recurrido a la típica, traída y llevada, estrategia de maratón. Si en el kilómetro 30 y tantos estás bien, tira pa'lante. Tonto el último. Ahora hay dos posibilidades: el reino de los cielos de los maratonianos se divide en dos mitades. La mitad de los del muro (los que se paran a estirar, los que andan, los que tienen expresiones de dolor, los que han jugado con fuego y se han quemado) y la mitad de los iluminados. Los iluminados, los que consiguen hacer creer a las piernas que 'impossible is nothing', los que las engañan, los que pasan de dolores y consiguen romper a cabezazos los ladrillos, el hormigón o el ácido láctico de los cojones. Me meto en este segundo grupo. Me da un ataque de euforia y me zafo de los restos del grupeto. Corre que te corre, me doy cuenta de que estoy haciendo el tonto. Con lo cómodo que es correr en grupo. Decido, haga lo que haga, seguir en un grupo. Kilómetros 36-37. Mi compi de botella de agua ahora no me recomienda ser conservador. Me mira y me dice: 'ya lo tienes'. Digo: 'bueno, no sé, a ver'.
Túnel de Ondarreta. Kontxa. Recogida y vuelta a casa: ya vamos para Anoeta. . Ahora sí, tiro para alante. Me integro en otro grupo: en esta ocasión uno ilustre. El de Eva Esnaola, de Hernani. Todo el mundo parece conocerla. El público está de matrícula de honor. La calle San Martín completamente petada. La esquina con Easo es el punto G del orgullo y la fuerza maratonianas. Ni piernas doloridas ni leches. Pasas por ahí y es como si te pusieran cuarto y mitad de tonelada de gel de glucosa en vena. Ahí oigo el grito de ánimo más impactante de todos los que he oído a lo largo de la carrera: qué enormes! Lo dice un señor mayor que, con esas palabras, da en el clavo de la épica de esta carrera. Qué enormes -sí señor.
Sin embargo, el grupo de Eva Esnaola me agobia. Me cuesta adelantarlos pero ahí que me decido y me zafo. Ahora la euforia es ya de cine: adelantando gente que ha pinchado ya no hay vuelta atrás y voy en plan temerario. Si me tengo que amputar las piernas por los efectos secundarios me da igual. Yo lo que quiero es poner el corazón a tope de pulsaciones y comerme Anoeta. Las piernas me dais igual. Que lo sepáis.
Por cierto, ya se ve Anoeta. Hay que dar la vuelta por detrás. Velódromo. Mini estadio. Y, tachán, tachán, entrada, media vuelta y no me puedo creer lo que veo. 3 horas 7 minutos 50 y tantos en el cronómetro. Hago hasta un sprint y todo por entrar antes de los 8 minutos. Creo que lo hago pero el tiempo oficial me da, finalmente, 3 horas 8 minutos 2 segundos. Tiempo real 3 horas 7 minutos y 14 segundos. Entro llorando, miro para arriba y le dedico estas semanas y estas 3 horas y 7 minutos a mi prima Reme. Sí, para ti, que, aunque todavía nos parezca mentira, te nos quedaste en mitad de mi camino a Donosti.
Lo demás es ya menos confuso: me dan una manta y una medalla, me quitan el chip, me adentro en los túneles del estadio, como algo, me doy cuenta de que estoy en estado catatónico, bebo algo, estiro, me abrigo, espero a Simón. Mientras espero me doy cuenta del sentido de estas 16 semanas, del sentido del entrenamiento, del sentido del sacrificio. Y, aunque hace un par de días aborreciera de tanto sacrificio y tanto entreno, ahora caigo en la cuenta, de golpe y porrazo, de que yo esto lo quiero volver a hacer más veces. Por fin llega Simón, 3 horas 52 minutos a pesar de la lesión del gemelo: enhorabuena, somos maratonianos. Estamos grillados. ¿O no?

viernes, 27 de noviembre de 2009

Aterrizando: día D menos 2 -nos vamos pa' Donosti


Sí: hasta aquí hemos llegado. Mañana por la mañana, rumbo a Donosti. Pidiendo pista ya para aterrizar. Tras 16 semanas de preparación, no puedo menos que poner una foto de mi escenario almeriense de preparación: ese pedazo de paseo marítimo. Anoche, con viento y sin un alma. Ahí lo lleváis. Empecé en Collado, termino en Almería -también ha habido alguna sesión en Polvoranca. De los 985 kms que he completado en estas semanas, la mayoría han empezado ahí, más o menos, donde la flecha esa que apunta, definitivamente, al domingo que viene.
Se dice pronto: 16 semanas de kilómetros de relleno, de kilómetros de fartlek, de kilómetros a ritmo, de kilómetros tempo, de kilómetros de tiradas largas, de kilómetros relajaditos. 16 semanas en que he aprendido a conocerme mejor y en que he perdido a una de las personas que más quería y necesitaba (el domingo me acordaré de ella mientras corra). 16 semanas en que me he incorporado a un trabajo nuevo. 16 semanas de buen tiempo (qué calor he pasado algunos días, qué solazos me he comido). 16 semanas de darle la brasa a la gente (qué pesao, siempre con el mismo tema!).
De esas 16, esta última ha sido liviana, liviana: 20 kms en total, el miércoles 8 con poniente (SW de 30 km/h, seguro que el poniente me quería desear suerte para el domingo), y ayer los 7 últimos. He metido unas rectas de 500 metros en los dos últimos días para que las piernas sigan acordándose de lo que es bueno.
Y poco más: queda el domingo. Sin un plan demasiado elaborado, sin guión. El único guión fijo es la previsión del tiempo: lluvia y viento. ¿Qué se puede esperar en Donosti a finales de noviembre? Ah y el número de dorsal, eso también forma parte del guión fijo: el 114. Ahí estaremos. Pues nada, aquí lo contaremos.

martes, 24 de noviembre de 2009

En la recta final

Martes de la semana 16. En plena recta final: terminó la semana 15 y aquí estamos. A 5 días del primer maratón. ¿Estresado? Pues un poco, pero la verdad que tampoco mucho. Supongo que el trabajo y el día a día no lo permiten...
La semana 15 terminó con un fin de semana muy agradable: excelente tiempo, excelente temperatura para correr y dos rodajes tranquis (a 4' cincuenta y algo) con excelentes sensaciones: se nota el descanso y, afortunadamente, las molestias que he podido tener en las piernas (sobre todo el glúteo izquierdo) en las semanas más duras han desaparecido. Y es que terminar una semana con 58 k es algo muy parecido a lo que yo hacía antes de la preparación específica del maratón; por tanto, nada comparado con las semanas más exigentes del plan. El rodaje del sábado fue de 8 k; el del domingo dudaba si hacerlo de 12 o de 13; como no quería tentar la (mala) suerte y acabar mis rodajes de domingo con un número tan feo como 13, tiré por los 14.
Bueno, pues poco más: estoy intentando descansar más que otras semanas, estoy comiendo igual que otras semanas (igual de bien, quiero decir), estoy rodando un poquito por rodar y por mantener las piernas despiertas. Ayer hice 5 k después del trabajo; los primeros 15 o 14 grados del otoño -un otoño que, hasta ahora, ha parecido una continuación de septiembre... Hoy me tocan 8 k relajaditos. A ver si me da tiempo y los soluciono antes de comer.
Por cierto: llevo 970 kms desde que empecé a preparar Donosti el lunes 10 de agosto...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Día de descanso tras 9 días: puchero de garbanzos 'a la maratón'

El título de la entrada lo dice todo: me acabo de meter para el cuerpo un puchero de garbanzos 'al estilo maratón' que me va a dejar en estado catatónico para el resto de la tarde. Hoy he dejado la bici aparcada en casa y me he subido paseando al trabajo: en el paseo me ha dado tiempo de ir ingeniando una receta inspirada en el minestrone italiano pero pasada por el tamiz de barroquismo que 15 semanas de preparación de maratón pueden dar... Ahí van los ingredientes: garbanzos, espinacas, zanahoria, calabacín, coliflor, tofu y conchitas de pasta... Ole tus mengues!
Ahora una siesta y... prueba superada! (eso espero). La prueba ha consistido en correr 9 días seguidos (con un total de 100 kms acumulados). Anoche, cuando terminé de currar, no podía creerlo: por fin jueves noche, después de esos 9 días seguidos de entrenos y con varios días de calidad por ahí salteados. El último, ayer, con una pirámide de fartlek molona molona (1-2-3-4-4-3-2-1) que me dio para hacer 8k ligeritos (4'25'' de promedio).
Bueno, pues eso va ser todo por hoy: el sofá me reclama.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Ritmo de carrera, ritmo de carrera, pero... ¿qué ritmo?

Ayer escribía "plácidamente instalado en la semana 15". Al final hice el entreno que tocaba, no anticipé el fartlek de 8k. Y como tocaban 15k a ritmo de carrera, pues allí que me marqué un entreno garboso después del trabajo: hacía una noche estupenda para correr y allí que me fui por los cerros de Úbeda -la cabra tira al monte y, al final, se acaba confundiendo la supuesta y debida placidez de la penúltima semana con un rodaje progresivo con marchilla a un promedio de 4'22''x km. Confundir el culo con las témporas o las churras con las merinas: el ritmo de carrera con el tempo.
Pero es que las sensaciones van bien y eso es que, en general, la cosa va también bien: o mal, según se mire. Mal porque me asaltan las dudas: si puedo hacer un rodaje de 15 km a ese ritmo y con cierta comodidad, ¿a qué puedo aspirar en Donosti?. Mejor dicho, ¿a qué debo aspirar? Ese ritmo me pondría bastante por debajo de 3 horas 15'. Un buen caramelo después de tantas semanas de sacrificio. Pero claro, la imagen de un posible pinchazo en el estreno en la distancia me corta bastante el rollito. Y no es para menos; después de más de tres meses con esta religión a cuestas, cualquier prudencia es poca.
Bueno, pues eso: hoy me toca el último entreno serio de la preparación: una pirámide de fartlek de 8 kms. A partir de hoy, todo los entrenamientos no son fisiólogicamente asimilables de cara al día 29. A partir de dentro de un ratillo, quedan sólo kilómetros de relleno para estirar las piernas y para aplacar la incertidumbre. Seguiremos simulando esa supuesta placidez y, por qué no, aspirando a ella. Saludos.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Instalado plácidamente en la semana 15

Poco que decir; esta va a ser una entrada basura, como la comida esa basura. De todo tiene que haber en un blog... De momento dos salidas en esta semana de descenso y rebaje: lunes, 5 kms tranquis, que se agradecieron después de los 20 kms a ritmo del domingo. Ayer, martes, los últimos 8 kms tempo de la preparación. Con pereza y con calor (parece que estamos en septiembre y no en noviembre) afronto esa salida; voy ahí todo entusiasmado y el capullo de mi Suunto me deja tirado: no tengo datos exactos del tiempo que hice, pero calculo que hice un promedio de 4'10'', más o menos.
Hoy me toca un ritmo de carrera de 15 kms, pero creo que los voy a pasar a mañana: me apetece más hacer la última pirámide de fartlek de la temporada Donosti.
Por lo demás, ayer en la porra del foro de elatleta.com me mojé: me hacía falta ponerme un objetivo de tiempo y de ritmo. Pues nada: aquí lo dejo también -promedio 4'45''; tiempo 3 h 20'.
O lo que surja. O lo que se tercie. O lo que encarte.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Vivan los rodajes con garbo: se acabó la semana 14

Solucionada la semana 14. Quedan dos: dos semanas para el maratón. Dos semanas de entrenos más flojitos y, sobre todo, de menos kilómetros. También de dudas: a estas alturas todavía no tengo clara qué estrategia seguir en Donosti, ni a qué ritmo salir, ni qué zapas ponerme... Aunque para profanos lo de las zapas suene algo frívolo, la decisión es importante. Después del rodaje de hoy (20 kms que se suponían relax y que se han convertido en un progresivo a ritmo de carrera imponente y con mucho garbo, a 4'40'' de promedio), creo que me voy a decantar por las Mizuno Wave Elixir. Las que tengo reservadas para carreras. Claro que si el Maratón de Donosti es una carrera, parecía clara la elección: pues no -las Elixir son unas zapas mixtas que tengo probadas en medias maratones y en carreras más cortas; no estoy del todo seguro de cómo responden en una distancia más larga. Pero bueno, entre las buenísimas sensaciones que me han transmitido hoy y algo de "research" en internet, creo que les va a tocar ayudarme a terminar mi primer maratón.
¿Qué más contar? Que la semana 14 ha terminado con 69 kms, que, entre pitos y flautas, estamos llegando a los 1000 kms totales de preparación, y que esto ya va oliendo a final de programa.
Supongo que en estas dos semanas que quedan se requiere un esfuerzo extra de tipo psicológico: habrá que poner en la balanza todas las semanas de preparación, todas esas tiradas largas, todas esas sesiones de velocidad... Puestas en la balanza supongo que todas esas sesiones, tiradas y semanas pesan más que los miedos y dudas pre-maratón.
En cuanto al entrenamiento, queda poco por hacer: faltan cuatro días para que los entrenamientos no sean fisiológicamente asimilables para el maratón. Todo lo que se haga los diez días anteriores es cansarse en balde, por lo que el jueves que viene es el último día en que se puede meter algo de calidad. Así que el guión del final de la peli es conservador (sólo el guión, eh): para la semana 15 están previstos unos 57 o 58 kms, con tres sesiones de calidad (martes, tempo; miércoles, un entreno importante de 15 kms a ritmo de carrera; jueves, fartlek). Lo demás es ya hacer unos poquitos kilómetros para calmar los pies.
Seguiremos informando.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Viva el maratón: Seattle, Shanghai, La Rochelle, Firenze, Space Coast, Mississippi Coast... Donosti

Llevo días pensando que cada vez que salimos a entrenar habrá gente por ahí, desperdigados por todo el mundo, preparando otros maratones. Después de hacer un poco de entrenamiento cruzado con google (muy bueno para el cerebro, según he leído), he visto que el domingo 29 de noviembre próximo (o el sábado 28, que con el cambio de hora es más o menos lo mismo) se celebran otros maratones en el mundo aparte del de Donosti. El de Seattle, el de Florencia, el de la Rochelle, el de Shanghai, el de Space Coast (en Cocoa, Florida) y el de la costa de Missisippi (en Gulfport, Mississippi).
Así que habrá miles de personas por ahí que ahora estarán también a falta de 17 días para el gran día; gente que habrá empezado ya el descenso de kilómetros e intensidades; gente que se levantará cansada por las mañanas; que se habrán preguntado unas cuantas veces en el proceso de preparación si esto merece o no merece la pena; gente que tendrá nervios ante la primera vez ("la primera cita con Filípides", dicho de manera pedante e historiada); gente que habrá tenido imprevistos como yo; gente que habrá hecho (o no) pirámides de fartlek (muy buena la de anoche: 12 kms a un promedio de 4'30'', con pirámide "truncada" de 1'2'3'4'5'5'4'3'2'1'); gente que tendrá sus dudas respecto a qué zapas usar (por cierto, ¿qué zapas usaré, las Mizuno Wave Elixir o las Saucony Omni?). Gente amante de la carrera a pie que tendrá que salir hoy, seguramente, a hacer algo con sus piernas y su cuerpo.
A mí hoy me tocan 12 kms sencillos, de los de antes. Ni fartlek, ni ritmo de carrera, ni tempo, ni nada. 12 kms al sol. A disfrutarlos. Y un saludo a los de Seattle, a los de La Rochelle, a los de Firenze, a los de Shanghai, a los de Mississippi y, por supuesto, a los de Florida y Donosti también.

martes, 10 de noviembre de 2009

Comienza el dulce descenso hacia el día D: 3 meses entrenando

Martes de la semana 14. La semana 13, la más dura de las duras, terminó el domingo por la noche. Una tirada larga de 32 kms, con suficientes ánimos para hacerla de manera progresiva (con 2 kms finales bastante vivos) y a un promedio de 5'03''... Se nota el entrenamiento: espero que las 6 tiradas largas del programa (26k, 27k, dos de 30k y dos de 32k) sean suficientes para llevarme a meta en condiciones. Pues eso, terminó la semana más dura, con 82 kms en total y el cuerpo de jota, con una buena sobredosis de endorfinas y un optimismo extraño.
Todos los libros y materiales consultados coinciden en que todo el trabajo duro está ya hecho: ahora la cosa consiste en cuidarse y mantenerse, afinar hidratación y alimentación, descansar y dormir, bajar kilometraje... Para empezar ayer fui a la fisio a darme un masaje de descarga -quería que me dijera cómo estoy de cara al maratón. Me notó un poco cargado, sobre todo la pierna izquierda; pero en general me vio bien "para el tipo de entrenamiento que llevas". Entrenamiento salvaje, esto de salir 6 días a la semana desde hace hoy 3 meses. Del 10 de agosto al 10 de noviembre... Y tiro porque me toca.
Hablando de bajar kilometraje, he optado por retocar los planes iniciales: esta semana acabará con 60 y tantos y la que viene con 50 y tantos. Dos o tres sesiones de calidad-velocidad y el resto, piano piano. Porque hay que cuidarse...

sábado, 7 de noviembre de 2009

Llegando a la cima... o lo que hace el fartlek (y los planes de entrenamiento)

Aprovecho el día de descanso de la semana 13 para poner esto un poco al día. Después de semanas duras, en lo personal y en lo familiar, parece que todo va calmándose. No somos conscientes de lo que debemos valorar esos días o esas semanas en que no nos pasa nada, nada especialmente bueno pero tampoco nada malo. Ese es el mensaje que saco en claro: el mensaje que siempre se saca en claro y que luego se olvida...
Bueno, en lo deportivo (vamos al lío) todo parece ir haciendo click por fin. Parece mentira lo que hace un buen plan de entrenamiento. Aunque he pasado unas semanas un tanto arrastradas, combinación de cansancio, tristeza y muchas dudas, esta semana he tenido por fin una respuesta de piernas que no puede llamarse de otra manera: buenas sensaciones.
La semana pasada terminó con tan sólo 62 kms, me salté un día por imperativos del guión: mi padre en el hospital y un fin de semana en Madrid dedicado a eso. Aun así, pude hacer una salida larga, 23 kms el domingo. 23 kms por el parque Polvoranca que tantas buenas vibraciones me da. Acabé comiendo a las 5 de la tarde y reflexionando, otra vez, sobre a dónde lleva tanto sacrificio. Espero que al menos me lleve a meta.
Por lo demás, esta semana ya digo, buenas sensaciones: el lunes, 8 kms relax, todavía en Alcorcón, hasta Polvoranca y vuelta. El martes, 8 kms tempo, a 4'11''. El miércoles, 8 kms relajaditos. El jueves 10 kms de fartlek, a un promedio de 4'26'': vivan las pirámides! (1'2'3'4'5'4'3'2'1'). Y ayer 16 kms a ritmo de carrera; un promedio de 4'29''. La verdad que es en estos últimos dos días cuando he sentido que todo encajaba; buenísimas sensaciones en las piernas y, sobre todo, a unas pulsaciones relativamente bajitas. Se nota mucho las semanas acumuladas de entrenos planificados. No hay vuelta de hoja.
Hoy, por fin, descanso. Mañana la última tirada larga del plan (32 kms). A partir de mañana por la noche podremos decir que todo esta hecho -quedarán tres semanitas para el día D. Y habrá que ir bajando intensidades y kilometrajes. Esto está (casi) hecho.
Salud y kilómetros.

jueves, 29 de octubre de 2009

Tirando p'alante en horas bajas: falta sólo un mes

Pues llevo un montón de días sin entrar por aquí. Después de la pérdida de mi prima he intentado seguir con normalidad la preparación. Los problemas no suelen venir solos: la semana pasada mi padre tuvo una crisis de su insuficiencia cardiaca y está todavía en el hospital. Está mejor, pero... La verdad es que hacer frente a un programa de entrenos de 6 días con sesiones exigentes y hacer frente a los problemas de la vida y al ritmo del trabajo y todo pues como que se hace, a veces, cuesta arriba.
De todos modos, ahí voy (ahí vamos) intentando seguir con toda la normalidad que se puede: la semana pasada cayeron un total de 79 kms, incluyendo varias sesiones memorables. Por ejemplo, una sesión de tempo de 10 a 4'13''; o una pirámide de fartlek jugosa de 8 k; o una sesión de ritmo de carrera de 13 kms a 4'22''. Aunque claro, lo mejor de todo fue la tirada larga, larguísima del domingo: 32 kms. Una tirada así, cuando los ánimos están bajitos, se te hace muy rara: piensas todo el rato qué coño haces ahí. Mi padre en el hospital y yo corriendo 32 kms. Yo con necesidad de descanso mental y corriendo 32 kms. Yo preparándome un maratón, y, después de todo, ¿para qué?
Bueno, pues todo suena como a crisis maratoniana. De todos modos, sobrevivimos para contarlo y ahí se quedaron varias cosas: la tirada larga esa -nunca había corrido una distancia tan larga! O el recuento total de kms en la semana 11. 79 kms en total en una de las semanas clave.
La semana 12 es un poco más light; de momento el lunes 10 kms relax y ayer por la noche un épico rodaje de 8 kms a... 4'06''. En fin, lo que hace picarse con la gente por ahí...
Poco más; que queda poco. La semana que viene será, quizás, la más dura. Pero una vez superada, el trabajo estará más o menos hecho. Que está resultando todo cansado y duro; duros los entrenos y duro seguir con todo con los golpes que tenía octubre ahí guardados. Quizás sin los entrenamientos todo estaría resultando aun peor. No sé. Y, de todos modos, parece que el programa está resultando: si no, ¿de qué ese rodaje a 4'06'' de anoche?
Bueno, pues poquito más: que queda un mes justo para Donosti. Y que tengo que salir antes de comer a cumplir con el dios-programa. Saludos.

martes, 20 de octubre de 2009

El peor de los imprevistos

Cuando comencé este blog, cuando comencé a preparar Donosti, pensé en posibles imprevistos. Posibles y seguros imprevistos. La semana pasada, el jueves, coincidiendo con mi última entrada aquí en el blog, se desencadenaba el peor de los imprevistos. Tras unas horas en urgencias, a mi prima Reme (una de esas personas que son imprescindibles en la vida) la operaron a vida o muerte. Una de esas operaciones imposibles. Una de esas tardes, la del jueves pasado, en que somos capaces de montarnos la más fantástica de las películas. Nos la montamos y nos la creímos. El final, aunque estaba claro, nos pilló tan de sorpresa como el principio. Al final, lo peor.
Nos dejó mi prima Reme -entre proyectos ricos y variados; entre planes de viajes, de clases, de reformas, de vida. Así, sin avisarnos y sin querer preocuparnos. Con mucha valentía y fortaleza. Como ella había vivido siempre y en especial los últimos años. Nos dejó. Y ahora un vacío sin forma, un vacío sin color, sin sentido. El único sentido que le encuentro a todo es el mensaje entre líneas que nos deja la vida: qué putada es la vida!
Mi prima pensaba de mí que era un tío fuerte que consigue todo lo que se propone. Cada vez que hablaba con ella me preguntaba por los entrenos: ¿cómo llevas lo del maratón? El último domingo que la vi, me vio volver de un rodaje largo. Me preguntó que cuánto había hecho -30 kms. ¿Y cuánto tardas? Pues dos horas y media. Puff, qué aburrimiento correr tanto tiempo seguido, no? Eso me dijo.
Ahora me parece aburrimiento todo. Sin ganas de nada, parece aburrido levantarse, trabajar, correr, leer o escribir en un blog. De todos modos, porque la vida sigue, todo debe seguir. Aunque dan ganas de mandar el maratón de Donosti y los entrenos y todo lo demás al garete, todo debe seguir. Cuando corra Donosti, cuando me falten las fuerzas, pensaré en mi prima Reme y en esa imagen que tenía de mí: un tío mentalmente fuerte que consigue todo lo que se propone. Como me dijo una de sus compañeras de trabajo: ella va a seguir con nosotros, ella viene con nosotros. Pues que venga, mis zapatillas dan para los dos.

jueves, 15 de octubre de 2009

En la décima semana...

Cómo pasa el tiempo! Esto es lo que más me llama la atención de todas estas semanas de preparación -cómo caen los días, las semanas, los meses... Dentro de nada estamos atándonos las zapas en una fresquita mañana donostiarra.
El fin de semana pasado, fin de semana largo con lunes de fiesta, estuve en Madrid. Me encanta el Parque Polvoranca. Allí me casqué el domingo mi segundo rodaje de 30 kms; 4 vueltas enteras al parque más ida y vuelta desde la casa de mis padres. Me gusta el parque por el terreno de tierra, por ser una mezcla entre el campo-campo de la zona sur de Madrid y un parque urbano, por la gente que va a comer con neveras portátiles, por el ambiente runner, por la gente en mountain-bike, por la gente jugando al fútbol, por la gente paseando, porque no hay ni un coche, porque se ve todo el perfil de la sierra de Guadarrama. En fin, me gusta el Parque Polvoranca.
La susodicha larguísima tirada no fue mal y terminé la semana otra vez con 76 kms totales.
Esta semana, la décima, va un poco a trancas y barrancas. Empecé el lunes, todavía en Alcorcón, con 8 kms relajaditos. El martes tuve que anticipar el día de descanso de esta semana: del viernes al martes, olé! Imposible correr el martes: entre el viaje y el curro hasta las 10. Ayer miércoles tuve un día de esos que te dejan el cuerpo de jota total: toda la mañana en el ordenador montando un curso on-line, toda la tarde en el curro, reunión de trabajo pos-curro. La guinda la puso el entreno: 10 kms de fartlek (los que me tocaban el jueves, creo). Buenas sensaciones y buena pirámide de esas que a mí me gustan tanto: 1-2-3-4-5-4-3-2-1. Total, 44'30'' para 10 kms, a menos de 4'30'' el km el promedio total; las recuperaciones a 5' o más, por lo que calculo que los picos rápidos fueron a 4' o menos... Bueno, pues poco más. Bueno, sí: una pregunta -¿por qué me decido hoy? ¿13 kms a ritmo de carrera? ¿10 kms tempo? Ahora veré porque tengo que correr antes de comer. Salud y kilómetros.

viernes, 9 de octubre de 2009

Día de descanso en la novena semana: Polvoranca me espera

Por fin una semana en que descanso el viernes, tal y como dicen los papeles del plan de entrenos. Por cuestiones de calendario y del trabajo y de mi agenda (qué importante suena esto!) las últimas semanas había tenido que descansar el jueves. Bueno, esta semana todo en regla, lo que ha supuesto sietes días de entrenos seguidos, desde el viernes pasado hasta ayer jueves. De momento no me puedo quejar, ni molestias ni lesiones. Cruzo los dedosComo llevo días sin entrar por aquí, tengo varias cosas que contar: para empezar los 30 kms (en honor de Carmen paso a utilizar la abreviatura completa y no la k sola, que puede ser de kilos...), los 30 kms del domingo pasado. Una pasada; sobrevivir a una tirada así de larga te hace aprender muchas cosas de ti y de lo que significa correr y el fondo y todo eso. Prescindiendo de comentarios sentimentaloides, la tirada fue bien y aproveché para probar un gel de glucosa de esos que se suelen tomar en los maratones: lo probé, no me fue mal; para qué engañarnos, me gustó y me hubiera tomado unos cuantos...
Así, la semana pasada terminó con 76 kms en las patas. No está mal. Esta (la novena ya: quedan 7!) es un calco de la anterior. Nada demasiado reseñable: 5 kms de relax auténtico el lunes noche, 10 kms de tempo el martes a medidodía (a 4'17'': pa'habernos matao, menudo solitrón y menuda temperatura, 28 graditos), 13 kms de ritmo de carrera el miércoles noche (a 4'32'') y 8 kms de fartlek ayer a medio día (sin apenas tiempo de recuperación desde la noche anterior y con calor otra vez, pero qué se le va a hacer, estos son los horarios posibles y disponibles...). Otra vez decir VIVA EL FARTLEK: pirámide interesante, 1' 2' 3' 4' 4' 3' 2' 1', que me dio para hacer justamente los ocho kms, a un promedio de 4'25'' (supongo que con ritmos de 3'50''-4' en los minutos rápidos).
Por lo demás, poco más: mañana y pasado estaré en Madrid, así que los 10 de mañana y los 30 del domingo los haré en el Parque Polvoranca. Un sitio con un encanto especial para correr: no lo puedo remediar, le tengo cariño. Y es que yo tengo un enfoque muy sentimental de esto de la carrera a pie...

domingo, 4 de octubre de 2009

En el ecuador... que viva el fartlek!

Hoy termina la semana ocho: el ecuador de las 16 semanas de preparación para Donosti. Mejor, podría decir que terminará esta noche; hoy toca una tirada larga extra-larga: 30 k. 30 k que están todavía por hacer... En todo caso, quedan 'sólo' 8 semanitas de nada para llegar al maratón: ya hay vuelos reservados y las cosas empiezan a tomar el aspecto de lo real, de lo inmediato, y a perder el barniz vidrioso de lo que sólo pasará en el futuro...
Terminó septiembre: y de qué manera. Acostumbrado a correr alrededor de 210 k mensuales, este último he metido 280 y tantos. No está mal. Creo que lo he llevado con gracia y garbo y, lo que es más importante, sin molestias ni lesiones.
En general, estoy contento con esta primera mitad de la preparación: cada vez me gusta más la variedad de las sesiones y, lo que es todavía mejor, cada vez me doy más cuenta de lo que te hace progresar esa variedad. Supongo que también el meter 3 días de velocidad-entre-comillas o, al menos, de ritmos controlados, ayuda mucho a esa mejora. El esquema tempo, ritmo de carrera y fartlek es llevadero y, a la vez, efectivo. Aprecio, sobre todo, la sesión semanal de fartlek, que organizo en forma de pirámide: muy gustoso calentar 5 minutitos y luego hacer 1 minuto rápido, luego 2, luego 3, luego 4, luego 5, para, a continuación, descender de la misma manera (4', 3', 2', 1'). Me noto mucho más rápido en las recuperaciones entre los esfuerzos; más rápido que cuando empecé a utilizar ese tipo de pirámide antes de la Media de Málaga.
Bueno, pues poco más: cuando vuelva por aquí tendré en el cuerpo 30 k más.

martes, 29 de septiembre de 2009

Después de la gota fría, llegó la semana 8

Instalado en la octava semana -quedan nueve (contando esta) para Donosti. La semana pasada, la séptima, pasó sin mucha pena ni mucha gloria. Se trataba de una semana un poco tontorrona: ahí en medio, puesta un poco a manera de adorno y de descanso regenerador. Delimitada por el rodaje de 27 kms de la sexta y los rodajes larguísimos de 30 kms que se avecinan...
Bueno, nada excesivamente reseñable: 5 k relajantes el lunes, 10 k tempo el martes (a 4'15''), 13 k a ritmo de carrera el miércoles (a 4'28''), 10 k de fartlek el viernes (con una guapísima pirámide de las que a mí me gustan: 1' 2' 3' 4' 5' 4' 3' 2' 1'), 8 k el sábado y una tirada larga de 19 k el domingo. Los 19 k estos, por cierto, en medio de los restos de la gota fría que nos había afectado en la mañana del domingo: 30 litros por metro cuadrado -no está nada mal...
Balance y reflexiones sobre estas semanas: primero, que hay una gran diferencia entre entrenar con un plan y entrenar como entrenaba antes. Creo que la variedad de distancias y la variedad de entrenos (algo que hacía antes pero no de manera tan sistemática y planificada) es clave para mejorar. Segundo, que, hablando de mejora, supongo que estoy mejorando: me noto con una drástica mejora de pulsaciones. Menos pulso y más facilida para recuperar (por ejemplo en la sesión de fartlek del viernes pasado). Tercero, que el tiempo pasa rápido rápido. Parece mentira que hayamos completado ya siete semanas de entreno más o menos exigente. Cuarto, que a veces cuesta tirar del cuerpo y que sigo sin ganas de retomar piscina ni nada similar: no quiero pensar lo que será preparar un maratón con semanas de más de 90-100 k (cosa por otra parte habitual entre populares 'aventajados', tal y como voy viendo en el foro de elatleta.com). Quinta y última reflexión: pesan las piernas en los entrenos más relajados -aunque en los entrenos con chispa no noto problemas, si toca algo relax y regenerador, las piernas se me van del ritmo de 5' a ritmos mucho más trotones...
Bueno, pues de momento nada más: ayer lunes tocó uno de esos entrenos relajantes. Dentro de un ratito me tocan 8 k de tempo. Salud y kilómetros!

lunes, 21 de septiembre de 2009

Entrando en el otoño y en la séptima semana: relámpagos, Philip Roth, clases...

Cada vez queda menos para el día D. Sólo unas pocas horas para que entre el otoño, al menos eso creo. Sólo 10 semanas para el maratón. La semana que acabó ayer, a pesar del resfriado, fue bastante bien: 68 kms en total sin mucho problema. Lo más destacable, la tirada larga de ayer tarde: 27 k a 5'. Razonablemente bien llevados y sin la sensación de agotamiento del domingo anterior. Puede que la bebida isotónica a mitad de camino me haya ayudado...
Por lo demás, muchas reflexiones internas y externas, algunas compartidas, otras no, sobre lo que significa esto. Sobre lo que está significando preparar un maratón. En principio, me está enseñando a centrarme en un solo objetivo -he tenido que medio aparcar la piscina y demás. Pero bueno, todo se andará. Supongo que saldré fortalecido de la experiencia; por lo menos cardiovascularmente... Y bueno, otra de las cosas que ha habido que dejar aparcada, al menos de momento, es la otoñal subida a Sierra Nevada. Difícil encajar en un fin de semana una subida a alguno de nuestros picachos favoritos y combinarlo con un rodaje largo -pero no sé, lo mismo sería conveniente algo de flexibilidad y sustituir algún entreno por una subida. Todo se irá viendo.
Otra cosa que voy aprendiendo con un plan tan a largo plazo es a pensar en los entrenos justo cuando están encima. Con rodajes de 27, 30 o 32 k no es buena estrategia estar toda la semana pensando en ese rodaje -mucho más eficiente y más gozoso correrlo cuando llega el momento. Sin más.
En otro orden de cosas: magnífico 'Indignation' de Philip Roth. Me gusta tanto como Paul Auster. Más cosas: ya conozco a todas mis clases para este año. Buena impresión en general. Más cosas: preciosa tormenta de relámpagos hace una hora. El otoño está entrando con lluvia ligera y a ritmo de tormenta... No podía ser menos.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Gripe B en mitad de la semana 6

La gripe B, de burro, me ha afectado esta semana. Ya estoy recuperado y lo celebro con una nueva entrada de blog. El jueves tuve que adelantar el día de descanso y cancelar mi cita con el fartlek o las series. El cambio repentino de temperaturas me pilló de improviso y creo que cogí frío en la bicicleta o algo así -de todos modos, no es normal este descenso tan otoñal tan pronto. Supongo que todavía nos queda buen tiempo: digo esto al tiempo que miro por la ventana y parece que hoy no hay poniente ni levante ni nada y hay ya 19 grados. O sea, que tenemos un buen día por delante. Bueno, pues el otoño anticipado me pilló sin empezar a tomar la equinácea que había planificado de cara al cambio de tiempo. He empezado ahora con ella -combinada con un producto de esos para los constipados que me dieron en la farmacia me han quitado el malestar y la congestión en dos días o así. No me gusta tomar medicamentos: me siento culpable después de tomar medicinas. No sé, una manía como otra cualquiera. Sin embargo, tengo que reconocer los buenos resultados: ayer viernes ya estaba a las 13.45 haciendo la sesión que había perdido el jueves. 8 k de fartlek/series. Opté por lo de las series y, por simplificar, me decidí a hacer miles: un mil lento, un mil rápido, un mil lento, un mil rápido... Así hasta ocho miles: una manera poco ortodoxa de hacer series (lo digo por la larguísima recuperación entre miles rápidos), pero bueno, me salió un promedio de 4'33'', por lo que supongo que los miles los hice a 4' o así.
Por lo demás, ayer estuvimos en una tienda valorando la posibilidad de suplementos. Preguntando y tal. El mundo de los suplementos alimenticios, todo un mundo de botes de colores. Algunos del tamaño de un tambor de detergente. Al final, nos quedamos con la jalea real suplementada con aminoácidos -la misma que tomé en primavera para la media de Málaga y me sentó tan bien. También nos compramos unos geles de glucosa para probar en el próximo rodaje largo. Todas estas cosas son como las medicinas: no sé, me dan mucha desconfianza y si me liara a tomar batidos de proteína me sentiría culpable. Supongo que de ahí un poco la decisión: una cosa es la jalea real y otra un tambor de proteínas... ¿O no?

martes, 15 de septiembre de 2009

Poniente y semana 6: por fin se va el calor

Aquí estamos: en la semana 6. Quedan 11 para Donosti. Por fin ha cedido el calor y ya la temperatura, el poniente y la luz son claramente otoñales. Aunque, después de todo, el otoño en Almería sigue siendo compatible con los baños en la playa y con los 28 grados durante el día...
El domingo terminó la semana 5; la primera semana dura dura: 67 k y tres días de rodajes rapidillos. La tirada larga del domingo, 26 k, me dejó vislumbrar lo que es una preparación para un maratón y me insinuó lo que puede ser completarlo... Una tirada de 26 k cansa, pero bueno: las tiradas más largas del plan son de 32. 6 kilometrillos más...
Ayer lunes tocaban 5 k lentitos y relajados. Hacía un poniente importante: humedad, olas preciosas y el sol poniéndose. ¿Qué más se puede pedir?

viernes, 11 de septiembre de 2009

Una de levante en pleno vuelo!

Con Bob Dylan y su 'My Back Pages' de fondo, actualizamos por aquí... Vaya semanita de levante que llevamos; viento y calor todavía. Y reincorporado ya totalmente a la rutina de septiembre: nada comparado con lo que vendrá a partir de la semana que viene con la vuelta a clase. De todos modos, la semana va bien. Con la duda de si estoy echando demasiada carne en el asador: esta semana tocaban tres días rápidos -dos a ritmo de carrera y uno de 'tempo'. Los 10 k tempo del martes me salieron a 4'15''; el miércoles a medio día y con menos de 24 horas de recuperación, me metí 8 k a ritmo de carrera a 4'34'' con un solitrón importante y con 33 grados según el termómetro. Pa' habernos matao; pero si no corría a medio día no socializaba por la noche, que era lo que tocaba... Finalmente, ayer jueves, tocaron 10 k a ritmo de carrera, que me salieron a 4'25''. Me encuentro bien de forma; sin embargo, no sé si no me estoy pasando de rosca con tanta carne en el asador, con tantos días 'rápidos' (al menos, más rápidos de lo normal). Bueno, de momento sigo sin ningún contratiempo y sin molestias de ningún tipo. Notando que cada vez hago mejor los rodajes, a menos pulsaciones y con un efecto entrenamiento más bajo en el Suunto. Buena señal, supongo. Hoy toca descanso total: había pensado en hacer algo de piscina pero francamente correr 6 días a la semana y pedalear todos los días al trabajo me está haciendo saborear con deleite el día de descanso. Bueno, mañana tocan 8 k tranquis y el domingo 26 k: a ver si nos respetan la temperatura y el levante. Pues nada más: salud y kilómetros!

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cuarta semana terminada: nuevo curro, Paul Auster y un poco de levante

Por aquí acabo de terminar la cuarta semana de preparación. Cuatro semanas ya y todavía no se me ha puesto la M de maratoniano en la frente; pensaba yo que la eme esa era como más rápida... Termino la semana bien: otra vez 61 kms en total y de momento no hay molestias ni lesiones ni imprevistos de esos que suelen aparecer en procesos deportivos de este estilo. Lo que sí ha habido ha sido un cambio de curro: una semanita casi de nuevo trabajo, nuevos compis, nuevas historias. Todo bien, creo.
Lo que ha habido también es un pedazo de novela de Paul Auster: Oracle Night. La noche del oráculo. Muy recomendable. Paul Auster escribe como dios.
También ha habido hoy un aniversario muy especial que, por cuestiones varias, ha quedado un poco eclipsado. Otro día tocará vino y demás.
Ah, y que no se me olvide: hoy ha habido mucho levante. Levantazo con rachas de más de 50 kms/hora. De esos ventarrones que me gustan tanto para practicar técnica de carrera. El viento te obliga a ser super consciente de la posición que llevas al correr y, al no poder ir demasiado rápido, te concentras en el movimiento y en el gesto. Ya lo he dicho en otras ocasiones: me gusta correr con viento. ¿Qué le voy a hacer? Viento, mar y carrera a pie: menudo trío...
Pues nada más: quedan 12 semanas y tengo la sensación de que es ahora cuando empieza la diversión. A ver si no me equivoco.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Empezando septiembre: no perdono...

Ya estamos en septiembre: poco que contar desde la última entrada... Poco o mucho, según se vea. Ayer día 1 inauguré una etapa laboral nueva; después de 8 años, vuelvo a la enseñanza pura y dura, al "mundo real", según lo han calificado mis nuevos compis. Tarde movidita, de exámenes -lo he pasado bien reencontrándome con gente y con cosas que no hacía desde hacía años. He conseguido un sitio para mi bici, cosa que me preocupaba: ¿qué hago yo sin un sitio donde guardar la bici en el curro?
Por lo demás, como trabajo de tarde, llegué a casa a las diez de la noche. Me tocaban 10 kms tempo; sin pensarlo mucho (¿para qué pensar más de la cuenta?) tiro para el paseo marítimo y, aprovechando que el viento ha cambiado por fin a poniente y que la temperatura ha bajado a 26 grados, me marco una sesión garbosa; cuando miro el Suunto me doy cuenta de que voy a un promedio de 4'13'' x km. El cambio de temperatura me ha puesto de buen humor, así que decido seguir así en la vuelta y al final termino 10 kms largos a 4'12''. Al final, estiro con mucho placer, me ducho, termino de cenar a las 12 de la noche (!!) y me relamo de orgullo runner. Reflexiono sobre el hecho de que una preparación de estas a saco consiste en eso, en no perdonar ni un día, aunque se haya hecho tarde, aunque estés cansado. Hace tiempo aprendí que el cansancio laboral o mental no tienen por qué impedirte salir a entrenar sino todo lo contrario -ahí sigo, en mis trece y contento de ese ritmo de 4'12''. Espero seguir así de centrado.

lunes, 31 de agosto de 2009

Terminan las vacaciones: faltan 13 semanas...

Ayer por la noche terminé mi tercera semana de preparación. Semanita de mucho calor -se está haciendo pesado este final de verano: la verdad que esto oler a final de verano no huele; a lo que sí huele es a final de vacaciones. Desde el viernes estoy de vuelta en Almería... ¿en Almería o en Beirut? Resulta que entre el plan-E y otras obras que han planificado los lumbreras del Ayuntamiento este la ciudad está enteramente levantada. En concreto mi barrio ofrece un panorama desolador; lo peor de todo es pensar en el desprecio tan enorme que un Ayuntamiento y una empresa de construcción pueden tener hacia los ciudadanos... Meses con un barrio levantado, sin ninguna señalización, sin ninguna información sobre plazos o sobre resultados de las dichosas obras. Árboles talados -sí, como lo leéis: árboles talados. En una ciudad de clima tan rigurosamente soleado como Almería, uno de los hobbys de estos lumbreras es talar árboles sanos y crecidos... Otro hobby reseñable: dejar que los coches aparquen y transiten por zonas peatonales -como la zona del parque de las Almadrabillas. Sin señales de limitación de velocidad; sin señales de prioridad peatonal... Nada.
Bueno, como imaginaréis, salir del domicilio de uno se ha convertido en un deporte de riesgo. Un poquito de entrenamiento cruzado para complementar mi preparación maratoniana. Volviendo a ese tema, al entrenamiento, la tercera semana ha salido bien: 61 kms en total sin mucho que reseñar excepto el calor. Una sola sesión más rapidita: los 11 kms del martes, a 4'20''. El resto tranquilo y sosegado. Buen rodaje largo ayer: 23 kms a última hora de la tarde que me dejaron KO. Empezando a 31 grados y terminando a 29... Una pasada. Pero bueno, todo esto da mucho que pensar: después de todo, correr fondo, preparar un maratón y estas movidas tienen mucho de sacrificio friki cuasi místico... Todavía faltan 13 semanas de sacrificios frikis y de entrenamientos de esos que ni la familia ni la gente no corredora terminan de entender jamás...

lunes, 24 de agosto de 2009

Calor y la luna sobre el monte Abantos

Pues nada, ayer terminé mi segunda semana de preparación. La he sobrevivido con cierto garbo; y no hablo de exigencias del entrenamiento sino del calor. Vaya semanita bochornosa; otros años a estas alturas de agosto (al menos en la sierra de Madrid) está haciendo menos calor -este año, por obra y arte del cambio climático y de lo que sea, las fechas huelen a final de vacaciones pero las temperaturas huelen a mes de julio. (Por cierto, no estaría de más un retroceso tipo juego de la oca y volver a las casillas de julio otra vez...)
Bueno, como digo, esto va oliendo a fin de vacaciones: pronto volveré a Almería y a los rodajes por el paseo marítimo y a la humedad sin fin y a la brisa y al poniente y al levante. Todo hay que decirlo: prefiero esa humedad sin fin, ese sudar hasta decir basta, a la sequedad de garganta del verano madrileño. Pero bueno, me estoy yendo del tema, ¿no? Lo que decía es que se acaban las vacaciones; unas vacaciones que se pueden resumir en unas cuantas ideas: Nueva York (gozosos esos más de 90 kms neoyorquinos); calor; incendios forestales; panorama político nacional tremebundo; bombas en Irak, en Palma, en Afganistán; campeonatos de atletismo y la máquina Bolt; familia; Bruce Springsteen; sudokus en menor número que otros veranos; algo de piscina... Poco más, creo.
En cuanto a la semana 2, la que terminé ayer, todo bien, aparte del calorazo: 59 kms en total, seis días de entreno. He seguido disfrutando de los dos días más rápidos: 11 kms a 4'19'' y 10 kms a 4'29''. Primer rodaje realmente largo: ayer domingo, 21 kms que se me hicieron pesados por el calor y, a la vez, llevaderos porque llevaba música (a todo esto, no me acostumbro a correr con música, me da la sensación de que corro 'raro'). Terminé casi de noche, otra prueba más de que esto huele definitivamente a final de vacaciones. Si La Maliciosa me ha acompañado en casi todos mis entrenamientos por aquí, ayer fue el monte Abantos (que, por cierto, se quemó hace 10 años: volvemos al tema incendios forestales) el que me saludó al final de la tirada larga -el monte Abantos con la luna creciente encima. Así llegamos al final de este post que coincide con el principio, que es el título.

domingo, 16 de agosto de 2009

Huracán Bolt -y yo, medio despegando...


Pues nada, después de ver la emocionante final de los 100 metros, me decido a continuar con mi blog. Por cierto, vaya carrera que ha hecho Bolt. Vaya pedazo de atleta.
Aparte de eso, supongo que tengo que contar mis novedades... ¿Novedades? Pues alguna hay: una semana da para mucho. Esta tarde he terminado mi primera semana de las 16 que me llevarán a Donosti. La primera semana, la de despegue. De hecho en la foto se ve la pista de despegue... Sin duda uno de mis sitios favoritos para correr: tierra, agujas de pino (cómo se disfruta pisando agujas de pino), alguna ardilla valiente, gente haciendo deporte (bici de montaña, algún que otro runner más) y más gente paseando perros. Esta semana se habrán hartado de verme y saludarme (que yo soy de los que suele saludar siempre, qué pesado) -he pasado de los tres o cuatro días de entrenamiento a seis. Es decir, que la peña esta y las ardillas habrán dicho: "pero qué pesao el tío este; ¿es que no tendrá otra cosa que hacer?" Pues la respuesta es que no: de momento sigo de vacaciones. Y qué bien se entrena en vacaciones; aunque haga un calor de la leche y aunque a veces el cuerpo y la mente te intenten boicotear los entrenos con la excusa tonta de las susodichas vacaciones...
Bueno, al lío, que este blog tiene que servir de bitácora de mis entrenos no sólo de colección de mis desfases: básicamente ha sido una semana facilita. Teniendo en cuenta que en mis semanas nomales suelo correr del orden de 52-56 kms y esta he corrido 54, pues se podría decir que ha sido una semana normal. Pues no del todo: la diferencia está en que he corrido esos 54 k en seis días, y no en cuatro. Dos sesiones pachangueras (5 y 6 kms), dos sesiones más exigentes metiendo tempo y ritmo (8 kms cada sesión, un día a 4'17'' y otro a 4'25'') y dos sesiones de kilometraje (11 kms, y hoy, primera tirada más larga, 16 kms). Todo ha salido como previsto y tengo la lógica sensación de que es ahora cuando va a empezar lo bueno: subida, lenta pero segura, de kilómetros semanales.
Lo mejor de la semana: primero, que me he sentido bien los días de "velocidad"; hacía semanas que no corría un poco rápido y los dos días me han dejado con muy buenas sensaciones. Segundo, la imagen de la Maliciosa la tarde del lunes pasado. Después de todo el día nublado, las nubes empezaron a despejarse coincidiendo con mi primer entreno 'oficial'. Teníais que haber visto la luz de la última hora de la tarde dándole a la Maliciosa...
Bueno, de momento nada más: un hurra para Bolt y para el resto, salud y kilómetros...

domingo, 9 de agosto de 2009

Entrando en pista...

Aquí estoy, de vacaciones en la sierra de Madrid. Como las vacaciones son para descansar, me decido a abrirme por fin un blog. Blogs los debe haber de muchas clases: profesionales, educativos, frikis, musicales, deportivos... Me decido por una combinación explosiva: el blog friki-deportivo.
Como las vacaciones son para descansar, me toca mañana lunes 10 de agosto empezar oficialmente el plan de entrenos para el Maratón de Donosti, que se celebrará el próximo domingo 29 de noviembre y que, después de unos cuantos años corriendo más o menos en serio, será mi primer maratón.
La gente que no sabe lo que es un maratón me dice que queda todavía mucho tiempo. La gente que sepáis lo que es un maratón, sabéis que quedan sólo 16 semanas.
16 semanas. Las primeras muy parecidas a mis semanas normales de entreno, las siguientes más complicadas, las peores la semana 13 y adyacentes. En esas y si todo va bien, estaré corriendo unos 80 kilómetros semanales. ¿Qué le vamos a hacer? Después de todo, sarna con gusto... De todos modos, como es mi primer maratón, he optado por un plan asequible y unos objetivos modestos y, de momento, un tanto vagos... Algo así como bajar de 3 horas y media.
16 semanas de seis días de entrenos. De dudas. De ilusión. De esfuerzos. De disfrute. De imprevistos... Pues eso, entrando en pista.